A las afueras de Palma de Mallorca y con acceso desde la carretera Ma-11 se haya un pueblo de poco más de 2.700 habitantes y que atesora al segundo club de fútbol femenino de las Islas Baleares tras la UD Collerense, el AD Son Sardina. Más concretamente, el conjunto isleño es el tercer equipo que más temporadas consecutivas acumula en el grupo 3 de la Primera Nacional (7), tras Igualada (8) y Europa (8).
Si echamos la vista tan solo siete meses atrás, el cuadro dirigido por Guillem Amer logró topar con su techo clasificatorio hasta la fecha en la tercera categoría del fútbol nacional: tercera posición y 35 puntos en las 19 jornadas que la pandemia les dejó disputar (10 victorias, 5 empates y 4 derrotas) y siendo el único equipo de la categoría que llegó a tumbar al intratable RCD Espanyol B (1-0). Una temporada de ensueño frenada por el maldito virus.
Desde el banquillo, Guillem Amer tiene parte de esta responsabilidad. El técnico balear es el capitán de la nave amarilla y negra en su cuarta temporada seguida en el club (sexta si contamos una etapa anterior) y tercera campaña al mando del primer equipo femenino. “Este año hemos tenido dos bajas muy importantes, una de ellas es la de la central Paula Rojas, que se ha ido al Collerense. Hemos reforzado la línea de medio campo y la delantera”, detalla el técnico del Son Sardina.
Esta temporada además no solo es atípica por la circunstacia de la pandemia, sino también por las consecuencias que ello conlleva. En Baleares, los conjuntos insulares no han podido disputar amistosos y así apunta Amer este hándicap: “Cataluña ha podido hacer amistosos cada fin de semana y nosotros solo hemos hecho dos contra el Collerense. Es un agravio comparativo con los otros rivales. Este año siento que no lo tengo todo controlado como acostumbra a ser. En campañas anteriores preparaba un partido y sentía que lo tenía todo por la mano. Este año no podré hacer partidos amistosos y llevar solo un mes de pretemporada y nos hace muy difícil empezar la temporada con garantías”, apuntala.
Igualar la tercera posición de la temporada no será un reto fácil aunque a medida que avancen las jornadas, el Son Sardina podría empezar a recuperar las aspiraciones de la pasada campaña. “En condiciones normales diria que, si el año pasado acabamos en tercera posición, este año se debería luchar por estar más arriba. En las condiciones actuales del equipo, es incierto. El favorito de la isla diria que es el Baleares. Soy consciente que este año con todas las cuestiones externas ya ponen a otros equipos por encima. Yo empiezo a competir ahora y no sé realmente mi nivel. Este año habrá que remar mucho porque no hemos podido preparar el inicio de año como esperábamos. Es una frustación no tenerlo todo preparado”, destaca impotente.
Hace dos temporadas, el Atlético Baleares apostó por armar un conjunto femenino potente y aspirar a metas ambiciosas, para el técnico del Son Sardina, tal proposición la ve positiva en el fútbol balear. “El fútbol femenino crece cada día más. Que el Baleares, con la gran faena de Marina Tugores, apueste por el femenino es una gran noticia y ojalá el Mallorca también lo hiciera. ¿Que nos pueda perjudicar? No creo. Quizá puntualmente alguna jugadora decida irse del club pero eso es lícito. De la misma manera que los entrenadores. Apostar por el fútbol femenino es apostar por el cambio”.
En la jornada inaugural, el Son Sardina se cruzó con el Baleares en el derbi balear de la categoria, con victoria por la mínima local (3-2). Primer paso y primeros puntos de un conjunto asentado en la categoría pero con ambición y ganas de seguir creciendo.