Con tan solo 18 años, Rosario Vargas (Panamá, 2002) ya se puede considerar una voz con experiencia. Internacional con la absoluta de su país, la mochila que carga a sus espaldas ya guarda vivencias que perfectamente podrían acompañar a jugadoras de mayor edad y más fútbol a sus espaldas. Panameña de nacimiento, a los 7 años fue cuando dio el 'sí, quiero' a la pelota y desde entonces se ha convertido en su estilo de vida. Con 14 puso rumbo a Costa Rica para continuar con su sueño y un año después trasladó su empeño a España. Primero en el Madrid CFF y desde hace dos veranos en el Valencia CF.
¿Cómo empezó a aficionarse por el fútbol Rosario Vargas?
Rosario Vargas era una chica que nunca jugó con muñecas sino que seguía los pasos de su hermano mayor. Que él practicaba karate, yo hacía karate, que él hacía baloncesto, yo hacía baloncesto...hasta que cuando entró en una cancha de fútbol, creo que me enamoré. Jugaba al fútbol con chicos en el patio y ellos se enfadaban porque era mejor que ellos. Siempre tuve el apoyo de mis padres, con los estudios como prioridad. Desde los 7 años siempre he practicado deportes.
¿Es panameña pero no tiene acento latino?
(se ríe). Puedo hablar de las dos maneras. Yo salí de Panamá a los 14 años y me fui a vivir a Costa Rica. Mi padre es español y durante estos cuatro años que vivo aquí me costó un poco al principio, pero tratas de adaptarte. No lo fuerzo del todo pero intento adaptarme. A los 12 años me convocaron a la selección sub20 de Panamá ya que no había muchas chicas, pero me lo gané gracias a mi constancia y trabajo. En ese instante mi madre me animó a que luchara por mi sueño y con 14 años me fui a vivir a Costa Rica, donde tuve que madurar muy rápido y jugué en Primera División. Me ayudó muchísimo porque maduré y al año y medio ya viajé a España. Primero en el Madrid CFF y desde hace dos temporadas en el Valencia CF.
¿Se siente una afortunada al ser tan joven pero al mismo tiempo haber vivido tanto?
Totalmente. Tengo amigas mayores que me comentan que he hecho muchísimas más cosas que ellas a sus 24 o 25 años. Estoy muy agradecida con todo lo que tengo y muy afortunada de donde estoy. No termino de creérmelo pero después me sitúo y sé que todo esto es gracias a mi trabajo y tengo que disfrutarlo.
Valencia CF
Se le ve una jugadora muy madura para tener solo 18 años...
El brinco que di a partir de los 14 años, estar relacionándome con gente mayor en diferentes países y tener que vivir la vida son experiencias que me ha marcado. Ahora estoy estudiando segundo de bachillerato y noto justamente esa diferencia de madurez. Tengo una visión más general de la vida y encuentro mucho contraste entre diferentes culturas.
¿Qué papel juega su familia en esta experiencia?
Mi hermano juega también en Valencia y desde pequeña siempre he estado junto a él y me ha acompañado, junto a mi madre. Su respaldo es incondicional y nos apoya. Ella es un pilar fundamental y es digno de admirar su forma de ayudarnos.
¿El objetivo es intentar dar el salto a Primera Iberdrola?
Mi objetivo principal es acumular minutos de competición. Lamentablemente o afortunadamente no he tenido mucho minutos esta temporada. Acabo de regresar a Valencia después de ser titular con la absoluta de Panamá y quiero jugar. El proyecto de mi entrenador es formar futbolistas. Creo que mi objetivo principal esta temporada era tener minutos. No lo he podido conseguir con el trabajo que he hecho día a día y quiero no darle cabida al entrenador para no salir de titular en estas últimas jornadas. Cualquier futbolista lo que quiere es jugar pero no se trata de frustarse sino de intentar ser más fuerte. Quiero ser una jugadora que destaque en Reto Iberdrola y espero llegar a hacerlo en el Valencia pues es un grandisimo equipo. Por su puesto que quiero jugar en Primera y me esfuerzo todos los días para ser mejor, estoy convencida que con la disciplina que tengo, lo lograré a corto o mediano plazo.
¿Qué tal la experiencia con la selección en la última convocatoria?
Yo creo que ha sido una experiencia que ha marcado un antes y un después en mí. Creo que al ser mi debut en la absoluta y además como titular, es una recompensa a mi trabajo. Desde el momento en que vi mi nombre en la convocatoria ya empecé a concentrarme. Tuve la oportunidad de compartir la cancha con jugadoras mundialistas de muchísima experiencia, en un país con una cultura tan diferente a la nuestra como lo es Japón. Todo esto me ha dado más confianza y me ha venido genial para afrontar el tramo final de la temporada.
¡Qué orgulloso poder defender a su país!
Totalmente. Esta semana estuve viendo de nuevo los vídeos y en el momento que me vi cantando el himno aún se me ponen los pelos de gallina, sin sentirme más o menos que nadie. Me quedo con la experiencia porque es un orgullo. Ahora quiero ser una referente y un modelo a seguir, poder inspirar a quienes conozcan mi historia y seguir trabajando para crecer.