María del Pilar Espadas, más conocida como Pili Espadas, con el diez a la espalda, ha sido, es y será durante mucho tiempo -como su nombre bien indica- uno de los pilares esenciales de este equipo. Fue una de las pioneras de un club que se ha confirmado como una de las canteras más punteras del panorama de fútbol femenino actual.
Cerca a cumplir los 39, una edad a la que pocos y pocas llegan como profesionales en el césped y tras 22 años en las filas del Collerense, todavía tiene la fuerza, la humildad y las ganas de seguir en la competición.
Pili creció viendo a su hermano, Miguel Ángel Espadas, jugar en las filas del Collerense. Siempre le había picado la curiosidad pero fue por esa característica timidez de niños, por la que nunca llegó a jugar para la sección masculina, a pesar de las invitaciones que le ofrecieron desde las categorías inferiores.
No fue hasta la temporada 1999/2000, cuando Pili junto a sus compañeras, dieron las primeras patadas y victorias en el Ca’n Caimari, por aquel entonces aún de tierra.
“En el club, jugaba mi hermano desde pequeño hasta ser amateur. Yo era la típica hermana que quería ir a ver a mi hermano y como yo, había otras compañeras y amigas que formaban parte de la familia del Collerense. El club siempre había intentado que entrara en las categorías inferiores de chicos, pero a mí me daba mucha vergüenza porque todavía no estaba bien visto el fútbol de chicas ni lo de compartir hobby con los chicos. Más tarde, el club decidió crear la sección femenina y ahí entré, sin pensármelo, empecé a dedicarme a lo que realmente me encantaba y era mi pasión: el fútbol.”
“Juntamos un gran grupo de chicas, fuimos haciendo un equipo más grande y de mayor calidad. A partir de ahí, iniciamos el primer equipo del Collerense que jugó a nivel Regional en la Federación Balear. Luego, fuimos subiendo hasta que llegamos a aquella SuperLiga y la antigua Primera División Femenina, donde conseguimos la permanencia durante 7 temporadas. Sin duda, un sueño hecho realidad para mí, estar en el primer equipo que formó el Collerense, haber ascendido en todas las categorías y hasta jugar en Copa de La Reina, es uno de mis mayores orgullos.”
La U.D. Collerense podría considerarse una de las cunas del fútbol femenino, la humildad del barrio y la sencillez de las jugadoras es algo que caracteriza a todas las que han pasado por esa “familia Roja”. Muchas son las jugadoras que se han nutrido en el equipo de Pili, jugando y aprendiendo al lado de ella, entrenamiento tras entrenamiento, partido tras partido, derrota tras derrota y victoria tras victoria. Jugadoras como Virginia Torrecilla, Mariona Caldentey, Patri Guijarro, Maitane López o Cata Coll triunfan fuera de las islas pero el orgullo que dejan por haber crecido de la mano de este equipo perdurará para siempre.
“Todas ellas pasaron por aquí y al recordarlo solo puedo decir: orgullo. Yo sabía que buscaban retos nuevos porque las conozco desde hace tiempo y sabía que iban a triunfar. Son grandes jugadoras y me quedo con esa humildad que todas ellas desprenden a pesar de haber salido y con esa cercanía siempre que vuelven. Lo que más agradezco es que se acuerden del club que les dio la oportunidad de salir y, por supuesto, que se acuerden de la capi siempre me hace ilusión. Tener que trabajar duro es lo que te hace mejor jugadora y si no tienes techo como ellas, tienes que seguir creciendo. Para mí, son referentes, tops mundiales.”
Compañeras y referentes
Una de estas tops a las que hace referencia Pili. Cata Coll, portera del Sevilla F.C. se deshace en recuerdos y elogios cuando habla de la eterna capitana del Colle:
“Cuando llegué al Colle, yo era una niña de 15 años, fue Pili la primera que habló conmigo. Desde ese primer momento creyó en mí y confió en mí. Casi me doblaba la edad y me hacía sentir como una más, como una de su edad. Dentro del vestuario es una persona fundamental por eso mismo, ha sido un referente, lo es y lo seguirá siendo. Para mí, es una persona a la que aún le queda tiempo en el campo, debe seguir jugando porque levanta al equipo, aunque las cosas vayan mal, aun perdiendo un 5-0 siempre está Pili para tirar de todas. Las ganas que tiene por el fútbol son admirables, se levanta un día a las cinco de la mañana para ir a jugar y al día siguiente está en pie a la misma hora para irse a trabajar. Creo que pocas personas lo harían. Estoy contenta de que haya renovado otro año, de que la hayan nombrado coordinadora, solo falta que sea presidenta de este club. La humildad que he conseguido durante todo este tiempo, sin duda, en parte es gracias a ella. Tanto haber jugado en este club y también al lado de ella me ha ayudado a amueblar la cabeza y ser consciente de donde estoy.”
“Esta temporada he estado muy pendiente de los partidos del Colle y siempre estaba Pili en los goles, era de admirar y lo sigue siendo. La edad no importa y menos para ella, ahí están los datos. Es de elogiar lo que ha hecho por este club, hubiese sido muy difícil llegar a donde ha llegado el equipo sin ella.”
Pili tuvo la oportunidad de haber salido del archipiélago Balear y hacer carrera tanto en el Sabadell, que venía de ganar Copa y Liga, como en un Levante que empezaba a formarse para competir por los primeros puestos de la Primera División.
La otra capitana, quién toma el brazalete las pocas veces que Pili no está en el campo, Cora Coll sabe bien cuál es uno de los grandes dones de esta jugadora, quién la recibió con los brazos abiertos cuando llegó al Collerense en el año 2012:
“Deportivamente, desde que yo entré en el Colle me ha ayudado en todo lo que estaba a su alcance. Para todo el mundo es un ejemplo yo creo, pero, sin duda, para nosotras mucho más porque jugar al lado de Pili es un placer. Poder disfrutar de ella y ver cómo año tras año se supera es lo que le hace una líder dentro del equipo. Tiene esa cosa que poca gente tiene de tirar de todas y, al final, acabamos todas tirando por ella, aportamos por todo lo que ella nos aporta desde que llega al campo. Es un referente en toda la isla, por supuesto en el Colle pero en toda la isla se conoce la trayectoria de Pili.”
No toda la trayectoria de Pili ha pasado por el Collerense -ni el fútbol 11-. Hay mucho más. Ha jugado en todas las categorías de la Selección Balear y se le han otorgado distinciones tan relevantes como la Mejor Jugadora de Fútbol Playa en 2014 y el premio que reconoce su gran trayectoria profesional dentro de los terrenos de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares: La Bota de Oro en 2017. Sin embargo, uno de los premios a su recorrido como jugadora fue en 2004, cuando recibió la llamada para la convocatoria de la Selección para el partido de clasificación del Europeo contra Bélgica.
“Junto a aquel ascenso a Primera División, la convocatoria con la selección española ha sido de los recuerdos más bonitos de mi carrera como futbolista. De la forma en la que yo siento el fútbol, creo que el haber vestido la camiseta de mi país hace que me sienta realizada con mi carrera profesional. Nadie me hubiera dicho que iba a jugar en la Selección española y lo conseguí. Nunca me han regalado nada, la pasión y el trabajo es lo que te hace crecer. La meta la pone una misma. Con trabajo, ilusión y humildad, desde el primer momento que me calcé las botas, decidí luchar por mis sueños y creo que he conseguido gran parte de ellos.”
Miguel Ángel añade: “recordar aquella llamada para la selección aún hace que me emocione. Los que jugamos a fútbol, siempre hemos soñado con llegar a ese día, sin embargo, van pasando los años y cada vez es más difícil. Pili y yo hemos crecido juntos en casa y hemos crecido con el balón, al final que a ella le llegase ese momento fue casi como vivirlo yo mismo. Lo recuerdo un momento muy feliz, nos desplazamos para ver el partido y para vivir ese sueño con ella. Siento mucho orgullo porque no era la facilidad con la que una niña de barrio en estos tiempos puede llegar.”
El palmarés y los minutos jugados que tiene Pili Espadas a sus espaldas están al alcance de pocos y pocas. Con casi 39 años, se ha reafirmado como historia viva del Collerense y del fútbol femenino español. Estuvo en sus inicios, desde los cimientos. Persiste en el presente y marca la diferencia dentro del campo. Y, por supuesto, seguirá vinculada al equipo, independientemente dentro o fuera del campo. La relación Pili y Collerense es tan férrea que le acaban de nombrar Responsable y Coordinadora de Fútbol Base Femenino de la U.D. Collerense.