Si –cuando el Covid-19 lo
permita- nos subiéramos a un avión en Barcelona a la hora de arranque de
cualquier partido del FC Barcelona Femení, no nos daría tiempo a aterrizar en
Madrid sin que Jennifer Hermoso marque un gol. El promedio de la jugadora de Carabanchel
en la temporada 2019/20 de la Primera Iberdrola es de uno cada sesenta y seis
minutos, y ni siquiera juega de 9. La suya con la pelota es una historia de
amor, solo hay que ver el romanticismo con el que la trata: la acaricia con el
empeine antes de dar una asistencia, la duerme con el interior antes de
escondérsela a la defensa rival, y hasta cuando tiene que golpearla –porque no
le queda otra- lo hace con la precisión y el mimo exactos para llevarla a la
red sin que sufra. Esta zurda de talento impagable es la máxima expresión del
fútbol antiguo, dentro del moderno. Su sonrisa al marcar es la misma que al regalar
un pase de gol. Su presencia, larga, afilada, pone de los nervios a las defensas
rivales, que no saben qué se va a inventar en cada movimiento para poder
marcharse con el balón y hacerles un destrozo.
En un partido es cierto que las compañeras son las que más te pueden
disfrutar, pero con las que puedes sufrir son las rivales. Yo también puedo
nombrar a muchas jugadoras contra las que he jugado y por las que siento
admiración o porteras a las que
me ha costado mucho marcar. Para mí es el resultado a ese esfuerzo, a la
preparación y el trabajo realizado para que, tanto compañeras como rivales, te recuerden como alguien que ha hecho algo bien. Es un orgullo que te recuerden.
Tras una racha de altibajos en el extranjero, Jenni volvió a España para devolvernos la fe en el gol. No hay red en la que no haya dejado su huella, ni grada en la que no hayan sonado los ¡uy! de los que esperan a que profane su templo. Qué difícil es que hasta la afición rival esté deseando que hagas de las tuyas y les apuñales con un tanto, solo por ver cómo lo vas a inventar esta vez.
El idilio de Jennifer Hermoso con la pelota comenzó a los doce años, cuando su abuelo la animó a unirse a las filas del Atlético de Madrid. Era una cuestión de familia: él mismo había sido portero y le contagió a la pequeña ese fervor futbolero que se lleva en la sangre o no se lleva. Fue con él con quien dio sus primeras patadas a la pelota, con quien más recuerdos infantiles tiene ligados al fútbol. El 14 de octubre sorprendía con una publicación en Instagram despidiéndose de él. Los recuerdos y tú estaréis siempre aquí y gracias a ti, abuelo, hoy puedo seguir disfrutando del fútbol como lo hacíamos juntos. Ahora, los goles que antes iban al cielo para su abuela, los comparten entre los dos. Esa historia de amor por el fútbol tan pasional, entrañable, es de las que dejan huella no solo en su protagonista sino en todos los que han compartido campo y vestuario con ella. Hoy nos adentramos en esa trayectoria de Jenni Hermoso en el fútbol que la ha convertido en un referente para las generaciones presentes y futuras, y lo haremos no solo con ella, sino también de la mano de varios co-protagonistas que compartieron camino con la estrella del FC Barcelona, máxima goleadora europea hasta la fecha e icono clave de nuestra Selección.
Su primer título se lo llevó a
casa con la franja del Rayo Vallecano cruzando el pecho. Fue la Superliga de la
temporada 2010/2011, el gol de la victoria frente al Espanyol en la final que
les dio el título salió de su cabeza en el minuto 69 del partido. En aquella
temporada también debutaría y marcaría en Liga de Campeones, frente al Valur,
un triplete al Krka que metió al Rayo en Octavos de Final y recibió la llamada
de la Selección Española por primera vez.
Para mí el más especial fue el primero, con el que conseguimos el
ascenso a Superliga del Atleti. Al final, son recuerdos que te quedan siempre y
que cada vez que los recuerdas suponen mucha felicidad. Pero sí que es cierto
que si echo la vista atrás hay unos cuantos goles que han supuesto mucho para
los objetivos del equipo en el que estaba, y eso es importante.
El paso por el Rayo Vallecano terminó en 2013 cuando el escándalo de Nueva Rumasa dejó sin apoyos al equipo femenino. El dominador del fútbol femenino español se llevó un mazazo que lo convirtió en un equipo que hacía la goma entre los primeros puestos y la media tabla y muchas de sus estrellas decidieron salir buscando un proyecto que les asegurara un futuro más estable. Jenni buscó fortuna en el Tyresö de Vero Boquete. De allí se llevaría dos subcampeonatos, el de Liga y el de Liga de Campeones.
Vero Boquete recuerda la breve
etapa de Jennifer Hermoso en Suecia, que considera vital para su progresión en los últimos años: Su paso por el Tyresö no fue fácil, era la
primera vez que salía y para ella fue duro. De hecho, sólo estuvo hasta
noviembre (final de temporada) y no
regresó para la siguiente y la continuación en la Champions. Demostró su
talento, pero no pudo rendir al máximo nivel. Eso sí, creo que esa experiencia
al máximo nivel en un equipo con algunas de las mejores jugadoras del mundo la
hizo crecer y ser consciente de su potencial real. A partir de ahí su
progresión continuó y se convirtió, sin duda, en una jugadora más completa y
más madura, llevándola a liderar a sus equipos con goles y juego. La
combinación entre su impresionante talento y su estabilidad emocional es la clave
para su rendimiento y eso es lo que ha encontrado en los últimos –bastantes ya-
años.
Fue tras esa primera experiencia en el extranjero cuando recayó en el FC Barcelona. En su primera etapa en el club catalán, Jenni marcó 9 goles que sirvieron a la escuadra blaugrana para alzarse con una Liga (en la que el rival a batir era el Atlético de Madrid) y una Copa de la Reina frente al Athletic de Bilbao. La Liga la revalidarían en la siguiente temporada, pero no así la Copa: caerían en semifinales frente al Valencia. Esa temporada, Jenni sufriría una lesión que frenaría sus registros. Pero en la 2015/16, jugando ya como falso nueve, despegaría la jugadora que hoy conocemos: 24 dianas en liga que aquella vez no bastarían para alzarse con el título. Tampoco sirvió el doblete en la final de la Copa de la Reina frente al Atlético de Madrid.
La siguiente temporada, su
romance con el gol iría en aumento: treinta y cinco en Liga que provocarían una
oferta del Paris Saint Germain. No se adaptó bien al fútbol francés, seis goles
y ocho asistencias, pero sumó otro trofeo a su vitrina particular: la Copa de
Francia. El paso por el PSG fue fugaz –dice
Irene Paredes, que coincidió con Hermoso en la etapa parisina- pero como en todos los equipos en los que
ha estado, dejó huella con su magia. Fue capaz de meter verdaderos golazos y de
dar asistencias que solo ella sabe dar. El tener en el equipo a Vero y a Jenni
fue todo un lujo.
Irene ya sabía lo que era
compartir vestuario con Jennifer Hermoso en la Selección: Nos conocíamos bien de antes, pero el compartir día a día equipo hizo
que tuviéramos una relación más cercana. Es una persona con la que es fácil llevarse
bien y te ríes muchísimo.
En este punto coinciden todas las compañeras que han compartido vestuario con la jugadora del FC Barcelona: su inmensa labor a la hora de hacer vestuario, su capacidad de generar buen ambiente y de liderar.
Soy una chica muy social. Me gustan mucho las bromas, me gusta ser
feliz o intentar serlo, y cuando más disfruto jugando al fútbol es cuando mejor
juego. Eso también lo aplico a la vida. En un vestuario, al final, son muchas
horas juntas, muchos días, con muchos altibajos… y siempre lo he dicho: desde
pequeña he sido un poco “payasa”, no me importa ser quien tenga que alegrar a
las demás. En los vestuarios intento que todo el mundo se ría y esté a gusto
porque somos una familia, estamos veinticuatro horas al día juntas, y creo que
eso repercute mucho después en el campo.
Y la vuelta a casa: en el verano de 2018 el Atlético de Madrid tocó su puerta para recuperar su mejor versión, tanto fue así que terminó elegida como la novena mejor Playmaker de 2018 para la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, y también figuró entre las mejores 50 jugadoras del mundo, a parte de ser considerada la mejor jugadora española para The Guardian. En cuanto a números, se alzó con el Pichichi de la liga con 24 goles que llevaron al Atlético de Madrid a firmar su tercera liga consecutiva.
Jenni y yo teníamos una buena relación de amistad desde hacía un par de
años. -Señala Jose Luis Sánchez Vera-
En cuanto me surgió la posibilidad de entrenar al Atlético de Madrid hablé con
ella. No podía dejar pasar la oportunidad de tener a la futbolista española más
importante de la actualidad en un proyecto que empezaba de cero. Jenni es una
pieza perfecta en el modelo de juego que me gusta y tenía que estar con
nosotros.
Siempre estaré agradecido al club por el esfuerzo de traerla, y a Jenni
como entrenador por confiar en mí para volver a España. Fue un año en el que
conseguimos controlar su lesión del tendón de Aquiles, salvo los últimos meses
de temporada que ya se hicieron largos y en los que solo pudo participar en la
final y un tramo del partido del Espanyol. Pero ella siempre hizo el esfuerzo
por entrar, sabía lo que se jugaba el equipo.
Y, en medio de todo este
despliegue, las apariciones cada vez más constantes y brillantes en la
Selección Española, que culminan con el Mundial de Francia en el que las
cámaras y las interacciones de los usuarios de redes sociales se centran en su
calidad a la hora de regatear, controlar, pasar y marcar. Irene Paredes, central y capitana de la Selección, recalca la
importancia de Jenni en el combinado nacional: Todo el mundo sabe la importancia que tiene Jenni en la Selección. El
tener a una de las mejores jugadoras del mundo en el equipo nos hace mejores a
todas y da valor al conjunto.
Tras el Mundial se anunció su
vuelta al FC Barcelona, y el resto queda para la historia: entre ella y Assisat
Oshoala han perforado la red de prácticamente todos los equipos de Primera
Iberdrola. La diferencia es que Jenni ni siquiera es delantera. Y, aun así, no
hay quien la frene. Un gol cada sesenta y seis minutos. Máxima goleadora
europea hasta el parón por el Covid-19 y la cancelación de la competición. Una
Supercopa, una Liga, quién sabe si una Copa de la Reina que se jugará el primer
fin de semana de la próxima temporada, tal vez la primera Champions del fútbol
femenino español, que se reanudará en Viena en una presumible final a exprés.
Le han faltado nueve jornadas para establecer un récord histórico de goles en
la máxima categoría del fútbol español.
No deja de ser una temporada positiva. Si pensamos solo en lo negativo
que está pasando nos quedaremos solo con las cosas malas, pero creo que el
Barça ha hecho una temporada muy buena de la que solo quedaban ocho partidos, y
en la gran parte de la temporada que dejamos atrás hemos jugado un fútbol muy
bueno. Creo que merecíamos ganar la liga, si hubiéramos terminado la
competición creo que seguiríamos ahí arriba.
Su historia de amor con la pelota, hoy interrumpida, continuará con una temporada 2020/21 en la que ya no sabemos qué esperar de ella.
Sánchez Vera señala los puntos
fuertes de Jennifer Hermoso: A nivel
emocional es una jugadora que aporta muchísimo al grupo, por cómo es, por cómo
gestiona el vestuario, por las buenas relaciones que genera dentro de él.
Siempre pone alegría en el equipo, da un toque de humor al grupo que es muy
necesario. Después, a nivel técnico, es quizá una de las jugadoras mejor
dotadas de la liga española, de Europa y del fútbol mundial, y a nivel táctico
sabía que se iba a integrar perfectamente en lo que yo necesitaba. Cuando
fichas a Jenni sabes que es llegar y
ponerla, siempre entiende a la perfección lo que esperas de ella: dónde querías
que jugara, por dónde querías que se moviera, dónde creías que iba a ser
determinante en los partidos. Y así fue.
Es una jugadora con un talento diferencial a la que seguirán yéndole
bien las cosas, y espero que siga dándonos muchos años más de fútbol porque una
de las razones por las que nos gusta ver fútbol femenino es porque juega
Jennifer Hermoso. Es algo diferente. Es una futbolista por la que cualquier
espectador de fútbol paga una entrada.
Esta temporada se ha enfrentado a
dos de sus exequipos. En la visita a Vallecas marcó pero no fue suficiente para
alzarse con la victoria. En Alcalá de Henares, nueva casa del Atlético de
Madrid no vio puerta. En la grada había un murmullo constante, acompañado en
ocasiones de silbidos y reproches a su antigua jugadora.
Sinceramente, no me gusta que me abucheen, pero sí ese ambiente de
rivalidad. Igual que había gente que me aplaudía, había gente que me silbaba.
En el fútbol hay de todo. La decisión era mía, y ellos tienen la suya de que
les guste más o menos. Yo creo que en el Atleti di todo lo que pude y más para
los objetivos que teníamos. La gente que me quería y apreciaba me aplaudía,
pero es lógico que cuando estás en un campo con tanta gente hay diferencia de opiniones, y ves esa rivalidad que te puede motivar también a hacerlo un poco mejor, a intentar ganar.
Y es que el fútbol femenino ha
cambiado en estos últimos años. Ya no es ese producto inmaculado, ha llegado la
mercantilización, el distraído foco mediático, la llegada en tromba de nuevos
espectadores. Tiene sus consecuencias negativas, pero también las necesarias:
un impulso para la profesionalización, para el crecimiento sin retorno. Antes
de la cita mundialista de Canadá, un patrocinador obsequió con una taza con su
logo a las jugadoras. El pasado año, en la previa del Mundial de Francia, el
regalo fue un coche.
Ha cambiado todo. Para mi, el primer Mundial fue la posibilidad de abrir
las puertas a comenzar algo muy bueno. En ese Mundial apenas había cuatro o
cinco periodistas, en este último había cuarenta. La expectación que había aquí
en España se hacía notar. El Mundial de
Francia fue el salto definitivo a donde tenemos que estar, fue el paso a
empezar a ser lo que merecemos ser. El Mundial abrió todo lo que nos faltaba. Ahora
hay que seguir puliendo piedras para que en el futuro no decaiga.
Creo que el fútbol femenino ahora mismo está en auge y es muy bonito
vivir lo que estamos viviendo ahora. El día que me retire quiero que mi
sobrina, a la que le encanta el fútbol, tenga una base de futuro. Que si quiere
elegirlo sea con garantías. Y para eso estamos luchando.
Esta temporada, quizá la más rara
que nos ha tocado vivir y a ellas disputar, conlleva cambios que indican una
nueva dirección. El dominio absoluto del FC Barcelona en todas las
competiciones que ha disputado es un hecho objetivo, por mucho que se cuestione
desde varios puntos si debía ser campeón o no. Es el equipo a batir todas y
cada una de las ocasiones en las que salta al campo. Nadie pudo hacerlo en
liga, casi lo consigue el Depor (pero no) en una Copa de la Reina que se resolverá –según
propuesta de la RFEF- al inicio de la próxima temporada, la Supercopa de España fue un
paseo marcial, y aún queda la Champions para poner la guinda.
Este año hemos trabajado muchísimo. Hemos entrenado, en comparación con
otros años, a un nivel y exigencia muy altos. Queríamos trabajar para esos
partidos difíciles que tenemos en el calendario, que siempre cuestan un poco
más, en los que te enfrentas a equipos de Champions que están a otro nivel.
Quizá en la Liga no tenemos esa rivalidad o esa competitividad que podemos
encontrar fuera. Esto se hace a base de entrenamiento, cuando en un partido vamos ganando de
varios goles seguimos y seguimos como si fuera otro entrenamiento más, a
intentar que el nivel no baje en ningún momento. Creo que eso es lo que ha hecho
que este Barça cada día esté mejor.
En cuanto a la Champions, los otros equipos que disputarán los
partidos que quedan han podido retomar la actividad y nosotras vamos un poco
más lentas, pero es algo que tenemos que asumir. Tenemos la suerte de que ya
hemos empezado a movernos, estamos entrenando, nos han abierto las
instalaciones para no bajar el ritmo, porque son muchos meses sin tener
contacto con la pelota, y cuesta recuperar las sensaciones. Y luego están las
lesiones: si echamos un ojo a la Bundesliga ya se han lesionado ocho jugadores.
Vas con el miedo de qué puede pasar, pero nosotras vamos poquito a poco, aunque
nuestras rivales tengan la suerte de contar con más tiempo y más preparación.
En el Barça tenemos la suerte de contar con unas instalaciones y un cuerpo
técnico que está haciendo lo mejor para que volvamos a tope y no perdamos tanto
como hubiéramos podido perder si no hubiésemos hecho esta pretemporada. Es
necesario ir poco a poco y que las lesiones o el ritmo sea lo último en lo que
pensemos.
Tener a una jugadora que acostumbra a marcar en citas importantes es una garantía para plantarse en una hipotética final de la Champions. Su historia de amor con el gol es ya una relación estable, de esas que a veces tienen altibajos pero en las que siempre se imponen un sentimiento eterno y las ganas de triunfar, de sacarlo adelante ante todo y frente a todos . Les voy a hacer un truco de magia: piensen en un gol de Jennifer Hermoso. ¿Lo tienen? Perfecto: a la todopoderosa Estados Unidos tampoco se le olvida cómo una muchacha de Carabanchel fue capaz de marcarles por estar en el sitio correcto en el momento indicado y colocar el balón donde ella solo sabe. Marca de la casa. En su espalda lleva tatuada una frase: “Lo que hagas en la vida tendrá su eco en la eternidad”. El suyo ya está hecho.