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Es su primera experiencia y temporada en fútbol femenino, pero Iker Dorronsoro lo tiene claro, lo principal es competir y hacer un buen juego en todos los partidos. Afronta junto con sus futbolistas un año ilusionante donde progresar en todos los sentidos.
¿Qué objetivos te marcas para la próxima temporada, a nivel colectivo e individual?
Para nosotras, es una categoría nueva y para mi, como entrenador, también una disciplina nueva al venir del fútbol masculino. Sobretodo, a corto y medio plazo, nuestro objetivo es competir en cada partido y hacer un buen papel contra todos los rivales. A partir de ahí, veremos en qué situación nos encontramos tras la primera vuelta y fijaremos objetivos, ya sea la permanencia o apuntar a aspiraciones más altas. Todavía es pronto para fijarse objetivos, nos centramos en mejorar en el día a día individual y colectivamente.
¿Qué tan necesarios son los datos y estadísticas de partidos y jugadoras en vuestro día a día?
Sin duda, es una herramienta de mucha importancia en nuestro día a día. El análisis de datos nos permite detectar en que áreas podemos mejorar y, a partir de ese análisis, planificar la semana; además también podemos ver cómo podemos sacar un buen resultado frente nuestro próximo rival conociendo sus puntos fuertes y débiles. Contamos un equipo técnico que es un lujo, con segundo entrenador, preparador físico, adaptador, delegado y analistas que nos ayudan a aprovechar todos estos recursos. Un camino muy ilusionante, también para nosotros, para poder progresar como cuerpo técnico.
¿Qué necesita el fútbol femenino español para seguir creciendo?
Está claro que el fútbol femenino está creciendo en líneas generales, sobretodo con la llegada de patrocinadores y cadenas de televisión. En mi experiencia como entrenador en estos 16 años en fútbol masculino y poniendo el foco en Guipúzcoa, he podido ver como existe una desigualdad en las categorías inferiores. Hasta los 14 años, las chicas no juegan a fútbol 11 y en campo grande, empezando a trabajar conceptos tácticos como movimientos con y sin balón a una edad más avanzada que los chicos. Por ello, también tratamos de dar mucha importancia a nuestro equipo filial y darles minutos a las jugadoras jóvenes para que tengan oportunidades en el primer equipo. Existe mucho margen de mejora, necesitamos más medios para que las chicas puedan empezar a jugar a fútbol 11 antes y, así, poder progresar más rápidamente. Tanto las más jóvenes como las más veteranas tienen muchas ganas de aprender y mejorar, su voluntad por crecer es muy positiva.
¿Qué tan importante es cuidar a las nuevas generaciones de futbolistas?
Considerando este hándicap que comentábamos de no poder jugar en campo grande hasta los 14 años, para nosotros es vital trabajar en construir una buena base de jugadoras para que, más adelante, puedan ser una referencia en el primer equipo. Un club como el Eibar debe nutrirse de futbolistas de la región y, en categorías exigentes como Reto Iberdrola, contar con jugadoras de fuera que complementen la plantilla. Con esa combinación, tratamos de hacer un equipo competitivo para hacer un buen papel en Reto Iberdrola.
¿Qué tan relevante es contar con mujeres entrenadoras, árbitras, directivas o en posiciones de liderazgo?
Cada vez hay más entrenadoras y árbitras, es vital para que las nuevas generaciones tengan referentes y se pueda vivir con una total normalidad. A pesar de llevar poco tiempo, puedo decir que en el club se está haciendo un trabajo impresionante. Además de la presidenta, la presencia de mujeres en el club es muy destacada, lo que resulta muy positivo. El Eibar es un club con valores e ideas claras, y la igualdad se percibe en el día a día. Al venir del masculino, ha sido una grata sorpresa porque es poco común encontrar mujeres entrenadoras o árbitras.
