Estos días, desde futboleras, dedicaremos un espacio a este fútbol. Como no podía ser de otra manera, nos gusta el fútbol en todas sus variantes y nos apasiona el fútbol femenino en todas ellas.
C.D. Teledeportivo
Ese regate, todos tenemos ese regate en la mente, lo hacen pocos en el fútbol “de grandes”, en el “fútbol de verdad”, en fútbol once*. Ese regate en un metro cuadrado, por aquí, por allí. Ese regate de calle. Ese regate que alguna vez hemos visto hacer a nuestras queridas Hermoso y Tere Abelleira, pisando, parando y llevándosela por un lado o por el otro. La historia de ese regate es el fútbol de salón. Tiene tanta elegancia que solo podría presentarse ante un salón repleto.
*De aquí en adelante, el fútbol 11 se nombrará como fútbol.
Estos regates solo unas pocas saben hacerlo pero saben hacerlo más las que se dedican al fútbol de salón, al fútbol sala, al “futbito”, al fútbol de 5… Las dimensiones del campo son más pequeñas y los recursos son más limitados, por tanto, la técnica es inversamente proporcional a ello y se ve favorecida.
Estos días, desde futboleras, dedicaremos un espacio a este fútbol. Como no podía ser de otra manera, nos gusta el fútbol en todas sus variantes y nos apasiona el fútbol femenino en todas ellas. En este primer acercamiento, queremos que conozcáis a deportistas de élite, campeonas de Europa en 2018 y semifinalistas y campeonas de la Copa de la Reina el pasado diciembre, campeonas de la Supercopa el pasado el fin de semana, pioneras de un convenio que protege a la futbolista… Un plantel exquisito para ir abriendo boca con el fútbol sala femenino.
El fútbol sala es un deporte mucho más táctico que el fútbol. El fútbol sala se juega casi en su totalidad con jugadas ensayadas y requetensayadas desde que la pelota empieza a rodar, incluso antes, en el saque ya hay una jugada ensayada. Los tiempos son más limitados, pueden variar de entre 20 a 25 minutos cada parte y la disposición de las jugadoras en el campo se parece más al baloncesto que al fútbol: alas, pívot, cierre y portero (que podríamos decir que es el base, salvando todas las distancias). Las distancias son mucho más reducidas y el piso tiene un índice de suspensión nula, por lo que la pelota es más pesada. Todo ello hace que los recursos recreados en esos minutos de juegos sean aprovechados al máximo y estén pensadas todas las jugadas posibles antes del inicio del partido.
Visto así, podríamos compararlo a las partidas de ajedrez. Un tablero, unas figuras con un movimiento definido y todas las jugadas posibles pensadas antes de la partida. Sin embargo, el ajedrez tiene una ventaja más que el fútbol sala: se respetan los tiempos. En el futbol sala, como fútbol que es, no ocurre tal acontecimiento, parece fácil pero se necesita una visión de juego exquisita y una rapidez con poco margen –o ninguno- para el error. Si tu adversario reacciona antes, estás vendido. Si el pase va con cinco milímetros más a la izquierda de lo que debería, te montan la contra. Es sin duda, un espectáculo digno de jugarse en un salón con todos los focos apuntando al anfiteatro.
Actualmente, en España existen dos divisiones nacionales de fútbol sala femenino (primera y segunda). Normalmente en la primera se inscribían 16 equipos y en la segunda, se dividían en cuatro grupos por zonas de entre 13 y 16 equipos. Debido a la situación, la reorganización de la competición ha llevado a una división parecida a la que vemos en Reto, ya que se ha dividido los cuatro grupos de las segunda división en dos subgrupos, cada uno. Es decir, se quedan con ocho subgrupos. Y en la máxima categoría, en primera división, también se han visto afectadas por esa nueva organización en la competición y se ha dividido en dos grupos de nueve equipos, cada uno.
Ahora, los dos grupos de primera separan a los grandes protagonistas de esta liga. Desde la temporada 2014/2015, solo aparecen dos equipos en la corona –a excepción de la 2018-19 que la ganó el Jimbee Roldán-: Atlético Navalcarnero y Pescados Ruben Burela FS. La pelea la salva el equipo madrileño con un global de 5 ligas a 3 de las gallegas. El equipo gallego que terminó la temporada 2019/2020 con un triplete histórico de Liga, Copa y Supercopa (conseguida el pasado fin de semana).
Pero como suele ocurrir en el deporte femenino, no es oro todo lo que reluce. En el fútbol sala femenino encontramos las mismas -o incluso más- dificultades que en el fútbol femenino. Pero, a la vez, hay un caso aislado en el que podemos comprobar que se ha avanzado mucho más en el derecho de las jugadoras.
En los últimos diez años, se ha visto un incremento de calidad en las instalaciones y partidos ya que los equipos, cada vez apuestan más fuerte por sus jugadoras quienes se encuentran mejor formadas desde la base. También, se ha visto una entrada de jugadoras extranjeras que ha provocado, a su vez, un incremento de nivel en la competición. Sin embargo, a nivel mediático aún sigue siendo uno de los más olvidados, va muy por detrás de todas las competiciones y el resto de fútbol. “Somos el eslabón más débil. En los últimos años,
desde la Federación se han modificado bastante los cauces de conversación con los clubes, antes eran prácticamente inexistente y ahora, poco a poco, se nos da más atención. Por ejemplo, dentro del Comité de Fútbol Sala, se han creado unos comités específicos (Comité Ejecutivo, Directivo, el Pleno de Clubes…) para que participen los clubes en la toma de decisiones. Pero seguimos estando en una situación débil en comparación con el fútbol”,
José Manuel Igea, Presidente del C.D. Futsi Atlético Navalcarnero y ex-vicepresidente de la
Asociación de Clubes de Fútbol Sala Femenino.
Casi el 80% de la financiación de los equipos depende, aún, de ayudas institucionales, es decir, ayuntamientos, comunidades y de la federación. La financiación propia es complicada y el recurso de los patrocinadores no resulta muy factible debido a que se trata de fútbol sala y femenino, “no terminan de ver el tirón, no tenemos mucha presencia mediática y saben que no podemos dar mucho retorno”.
Es difícil encontrar retransmisiones de partidos de fútbol sala femenino en las televisiones generalistas. Sí que pudimos seguir esa Final Four de la Copa de la Reina –y del Rey- el pasado diciembre y la final de la Supercopa de España entre el Poio Pescamar y el Pescados Ruben Burela por Teledeporte. Sin embargo, cada vez más, empiezan a verse los streamings en canales como Youtube, en los que son los propios equipos quienes se encargan de la retransmisión. Y, por supuesto, uno de los apoyos que siempre han tenido los clubes más humildes y que siguen a pesar de las dificultades y los grandes costes, retransmitiendo los partidos: las televisiones autonómicas.
“¿Por qué no nos retrasmiten? Yo puedo hacerme esta pregunta cada fin de semana mil veces y no consigo entenderlo. Siempre que se nos ha dado la opción, los datos marcan que sí que interesa el futbol sala femenino, las pocas televisiones autonómicas que están apostando por nosotras también están sacando datos positivos, por lo tanto no entiendo por qué no se nos apoya más desde este sector porque para nosotras es primordial, ya que se nos abriría un abanico increíble de posibilidades para captar nuevos patrocinadores y así poder hacer crecer nuestra liga y nuestro deporte. Si podemos sacar algo positivo de la pandemia ha sido esto, a día de hoy, se retrasmiten más del 80% de los partidos, esperemos que de una forma u otra sigamos en este camino que se ha abierto, y que el siguiente paso sea que si hay 10 partidos el fin de semana 2 se retrasmitan en televisiones y 8 en streaming y así, ir creciendo”. Recalca Patricia González Mota “Peque”, jugadora del Burela.
“Lo que tú no puedes ver, no puedes saber si te gusta o no. Entonces si, por ejemplo, ese día una niña pone tal canal y ve fútbol sala femenino pueda engancharse. Es una manera de crecer y darle más importancia a este deporte”. Sentencia Ana “Anita” Luján, jugadora del Futsi Navalcarnero.
“En Galicia ha habido mucha tradición de seguir al fútbol sala femenino. En la comunidad de Madrid se intentó pero las televisiones ajustan sus recursos y al final, desaparecen estas retransmisiones”, comenta Igea.
EL CONVENIO
Si bien en el fútbol sala femenino puede imaginarse un futuro muy lejano para un acuerdo entre partes para crear un convenio, no queda tan lejos una realidad más cercana. “Es complicadísimo vivir exclusivamente del futbol sala, no sabría decirte el porcentaje exacto de jugadoras que viven de esto, pero no creo que llegue al 20%, pero también te digo que hemos llegado a un punto que hay que luchar y trabajar para profesionalizar el fútbol sala, la RFEF nos está apoyando muchísimo en estos últimos años y tenemos que aprovechar ese apoyo para crecer, juntarnos directivos, entrenadores, jugadoras, patrocinadores... todo el mundo del fútbol sala femenino y dar el salto que nos merecemos”. cuenta Peque.
En la memoria de actividad de la Federación podemos encontrar que las licencias emitidas a jugadoras de fútbol sala para la temporada 2018-19 (últimos registros publicados) son
15.934, de las cuáles solo 40 de ellas están inscritas como profesionales, 5.375 como “aficionado” y el resto de categorías inferiores.
“A día de hoy, muy pocos pueden hacerlo, en el caso de Navalcarnero tengo que compaginarlo con trabajo. Con la ayuda económica que da el fútbol se puede vivir pero es inevitable tener que compaginarlo con otras cosas. A día de hoy solo de fútbol sala no se puede vivir”. Anita LUJÁN.
En el fútbol sala femenino encontramos pocos perfiles que puedan vivir de ello, la carrera profesional en un deporte de alto nivel no significa una entrada de ingresos relativamente alta. El rango de salarios en esta categoría podría variar entre los 400 y 1000 euros, siendo solo unos equipos los que tienen a sus jugadoras como profesionales, mientras que la gran mayoría figuran como amateurs y deben compaginar trabajo y/o estudios con siete sesiones de entrenamiento a la semana, de entre una hora y media y tres horas, sumándole el viaje, los días que el partido es fuera de casa. Un viaje que suele ser en el día y en algunos casos excepcionales, el día de antes. Relata Luján, “lo de los viajes es un tema complicado porque normalmente tenemos que hacerlos en el día. Varía también en función del club y de las condiciones que tenga cada club. Dependiendo del partido y de la ubicación, a veces, intentamos hacer noche para llegar en las mejores condiciones al partido”.
Ana Romero, portera del Universidad de Alicante coincide con sus rivales en lo difícil que es y la necesidad de compaginarlo, sin embargo es una de esa minoría que puede permitirse vivir del fútbol sala “he tenido la suerte de poder vivir de ello, y me siento muy afortunada de haber podido dedicarme exclusivamente al deporte, tenemos que seguir luchando y dando guerra para que haya un giro y podamos dedicarnos a nuestra pasión”.
En 2018, el equipo de Peque y, en el que también jugó Ana Romero hasta el pasado julio, firmó un convenio histórico para sus jugadoras. Quedó pactado que una jugadora del Burela podía decidir si quería aventurarse a la maternidad o no, sin miedo a tener que dejar lo que más le gusta. En el convenio se establece que, en caso de embarazo, el contrato de la jugadora quedará renovado de manera automática. “La parte más mediática es la parte del embarazo. Una deportista femenina tiene que elegir muchas veces entre seguir ejerciendo esta profesión o ser madre, pero la firma del convenio engloba más allá de esta cláusula que posiblemente nos afecte mucho más porque nuestra situación actual en cuanto a condiciones de trabajo es muy precaria, como por ejemplo, algo que parece obvio, pero para nosotras no lo es tanto, la seguridad de tener el sueldo pactado por el tiempo que dure el contrato; o siguiendo con el tema embarazo, no es sólo que te renueven el contrato un año más sino que tienes ayuda de conciliación familiar... podría enumerar las infinitas ventajas que tiene el convenio, pero creo que se puede resumir en unas Condiciones Laborales aceptables como cualquier otra profesión. Me siento muy orgullosa de que el CD Burela Pescados Rubén FS apueste tanto por nosotras y por el deporte femenino en sí, necesitamos y, en el siglo en el que estamos me atrevería a decir que deberíamos exigir que todos los deportes femeninos tengan un convenio y unas condiciones laborales dignas para ejercer nuestro trabajo igualando al sector masculino del mismo deporte”.
“Tuve el privilegio de jugar con el respaldo del convenio, la verdad que fue historia en el fútbol sala femenino. Saber que estás respaldada en muchas situaciones, no sola la del embarazo, da mucha tranquilidad. En cuanto a la renovación de la cláusula por embarazo pienso que es una oportunidad para las jugadoras que quieren ser madres y puedan compaginar ambas cosas, y no tener que elegir dejando de lado una de ellas”. Recuerda la ex portera del equipo gallego.
Aun así, es algo de lo que solo pueden gozar las jugadoras del equipo de Burela ya que se trata de un convenio de empresa y no colectivo. Sin embargo, ya consigue respetar muchos de los derechos a decidir de una jugadora.
El fútbol sala femenino español está en auge, es una realidad pero aún queda mucho por hacer. Muchos hablan de una de las mejores ligas del mundo, la cuál también se ha visto afectada por la reorganización después del parón y la división de grupos en subgrupos y la historia de nunca acabar. No obstante, la ambición de jugar en este país llega lejos y ya se ha visto la entrada de nuevas jugadoras extranjeras. Es un diamante aún por pulir pero que brilla con luz propia.