“En el Almería hay ganas de rebeldía en Segunda RFEF”

Finalmente, el merecido cambio de nivel como consecuencia de una gran campaña en Primera Nacional activó la nueva planificación en el cuadro almeriense y así mismo una nueva realidad que favorecía a la entidad como también al máximo exponente de la provincia de Almería.

En Futboleras charlamos con el técnico de la UD Almería para conocer de qué manera afectó la confección de la plantilla y los objetivos fijados en Segunda RFEF. En la primera jornada de liga, las almerienses cayeron ante el Pozoalbense (0-3) y en esta segunda sorprendieron en Paterna ante el Valencia B (1-2).

Ese ha sido el mayor condicionante de nuestra planificación. Al alargarse tanto la decisión de la RFEF, planificamos una temporada y una planificación con la intención de jugar en Primera Nacional. Nos encontramos con esta situación del ascenso y una reorganización lógica que ello supone.

Por coeficiente, sabíamos que, en el caso que hubiera una vacante, nos correspondía la plaza en Segunda RFEF. Teníamos esas opciones de Primera Nacional y Segunda RFEF, pero las dos opciones eran bastante similares. Nosotros dependemos de la Fundación y tenemos un presupuesto muy ajustado y ambas vías de trabajo eran parecidas.

A nivel institución, el club tiene la prioridad de asentar el masculino en Primera División. A partir de ahí, se irán dando pasos con la academia y con el femenino. Las prioridades no están enfocadas en el crecimiento del fútbol femenino, aunque sí que es verdad que vamos dando pasos en el crecimiento de las jugadoras y los equipos. El ascenso a Segunda RFEF beneficia a la rama del fútbol femenino, tanto a nosotros como a la base y al filial. Todo esto es beneficioso.

Hay clubs que son espejo y referentes para el resto. A nivel provincia es verdad que nos llevan ventaja, pero nosotros también sentimos que estamos en la ola y en la buena dirección. Cada año hay más licencia y mayores clubs se suman al fútbol femenino. En el Almería nos sentimos responsables de seguir abriendo brecha.

Hemos tenido algunas bajas importantes aunque no hemos mantenido el bloque tanto como nos hubiera gustado. Sí que hay una estructura que se mantiene y también una promoción notable de jugadoras de la base con generaciones que destacan. Las incorporaciones son jóvenes con proyección, que crecerá al mismo ritmo que el equipo. Hay ambición, ganas, talento aunque también esa falta de experiencia en la categoría.

Lo que hay es ganas de rebeldía. Sabemos que es una categoría muy exigente, que jugaremos con equipos que vienen de Reto y filiales con talento. La Segunda RFEF es una categoría excelente y queremos tener esa sensación de creer, rebeldía y que se puede competir en esta categoría.

Nos gustaría y es una ilusión, pero también debemos ser realistas. No arrastramos una masa social suficientemente grande y la categoría no es suficiente relevante como para meter un número importante de aficionados. Nos marcamos el objetivo de atraer a gente a nuestra grada y más adelante jugar en el estadio sea una realidad.