14 meses, 26 días, 29 reuniones, una huelga y las protestas de la Supercopa y la Copa de la Reina con la amenaza volante de otra, nos han llevado a la firma de un convenio colectivo que es la piedra sobre la que se edificará el fútbol femenino profesional en España. Atrás queda un show esperpéntico entre la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, la Real Federación Española de Fútbol, los sindicatos y hasta Mediapro. Se acabó. El convenio es hoy una realidad y, a partir de este momento, las protagonistas serán las que nunca debieron dejar de serlo: las futbolistas.
¿Por qué un convenio colectivo?
El Convenio Colectivo es un documento oficial que obliga tanto a trabajadores como a empresarios a aplicar y cumplir cada una de sus normas. Para profesionalizar el fútbol femenino es necesario este documento, así como que todos los clubes profesionales lo cumplan. El fútbol español ya estaba regulado por un convenio semejante, de aplicación solo al fútbol masculino, suscrito el 9 de octubre de 2015 por la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP) y la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) .
En él se regularon aspectos como:
Jornada | -7 horas/día | Servicios ante el público y actividad con el Club/SAD |
Vacaciones | 30 días naturales | Retribuidas. |
Contrato de trabajo | Obligatorio | Regulado por Artículo 3 Real decreto 1006/1985 de 26 de junio, relación laboral especial de los deportistas profesionales |
Salario | Prima de contratación, prima de partido, sueldo mensual, pagas extraordinarias, plus de antigüedad y derechos de imagen | Sueldo mínimo mensual Primera División: 6500€ +IPC Sueldo mínimo mensual Segunda División: 4000€ + IPC |
Fondo social | Fines benéficos y normal desarrollo de la Asociación | 3.200.000 € temporada 2019/20 |
Fondo garantía salarial | Garantiza el pago de deudas de los clubes/SAD con los jugadores | Denuncia y resolución de descenso. |
Comisión económica del control de pagos | Verifica el plan de pagos de los Clubs/SAD con los futbolistas | Presentación anticipada a la comisión del plan de pagos a la plantilla: líquido, bruto, IRPF, etc. Acreditación de pagos vencidos. Comunicación a jugadores para verificar la información aportada por el Club/SAD |
Puntos clave del convenio en fútbol femenino
Dejando a un lado toda la guerra que se ha formado entre la RFEF, la ACFF y los sindicatos, centraremos nuestros esfuerzos en explicar, punto por punto, en qué consiste el convenio para el fútbol femenino que se ha presentado esta tarde en el Congreso de los Diputados, y fue firmado, por fin, ayer, 18 de febrero de 2020 por la patronal y los representantes de las jugadoras.
Jornada | 7 horas diarias, 35 horas | No incluye desplazamientos. Las concentraciones serán inferiores a 24 horas en los partidos como local y de 72 en los de visitante. Se incluye en el tiempo laboral efectivo los actos publicitarios y protocolarios. |
Vacaciones | 30 días naturales, retribuidos | Descanso semanal de un día y medio |
Contrato de trabajo | La totalidad de la plantilla de Primera Iberdrola tendrá que tener contrato profesional | Los mínimos del contrato profesional son los marcados por convenio, salvo en el caso de jugadoras del filial |
Salario | Prima de contratación, prima de partido, sueldo mensual, pagas extraordinarias, plus de antigüedad y derechos de imagen | 16.000 euros brutos al año con una parcialidad del 75%, es decir, 12.000 euros anuales. 1000 euros al mes |
Fondo social | ||
Fondo garantía salarial | Garantiza el pago de deudas de los clubes/SAD con las jugadoras | Denuncia y resolución de descenso administrativo |
Comisión económica del control de pagos | Verifica el plan de pagos de los Clubs/SAD con los futbolistas | Presentación anticipada a la comisión del plan de pagos a la plantilla: líquido, bruto, IRPF, etc. Acreditación de pagos vencidos. Comunicación a jugadores para verificar la información aportada por el Club/SAD |
Retroactividad | Jugadoras con jornada actual al 50% pasarán a jornada al 75% de forma inmediata | Se actualizará el salario y se pagarán los atrasos desde inicio de jornada |
Jugadoras con salario superior a 16.000 euros anuales, subida lineal de 2000€ al año | ||
Traspasos | Será necesario el acuerdo con la jugadora para realizar un traspaso entre clubes | La jugadora tendrá como compensación el 15% del importe del traspaso (si hubiera) |
Protocolo de baja por maternidad | Renovación automática al límite de contrato | Baja por embarazo. No incluye lactancia |
Derechos de imagen | Pertenecen a la jugadora | Puede explotarlos o cederlos |
Incapacidad temporal | Cubre cualquier tipo de lesión | 100% del salario |
Jugadoras del filial | Entrarán en convenio | A partir de 12 convocatorias o 10 partidos disputados |
El convenio tendrá carácter retroactivo, con fecha de aplicación 1 de julio de 2019. Los clubes estarán obligados a actualizar los contratos de las jugadoras que no cumplan los requisitos del convenio: quienes tengan hasta la fecha un contrato parcial, de servicios o media jornada, deberán actualizarlo al mínimo de 75% con carácter inmediato, y se les actualizará también el salario con sus correspondientes atrasos. En el caso de las jugadoras que estén percibiendo un salario superior a los 16.000 euros anuales, se les aplicará una subida lineal de 2000€ al año en compensación. Además, las jugadoras que lleven más de 6 temporadas en el mismo club percibirán un plus de antigüedad de 2000€, que será de 2500€ para las que lleven 7 temporadas, 3000€ en el caso de las que lleven 8 y 3500€ las de 9.
La jornada laboral reconocida será de 7 horas diarias, 35 semanales. Los contratos de las jugadoras serán profesionales (Licencia Federativa Profesional) y los mínimos fijados en este convenio serán de aplicación a todas las jugadoras de la primera plantilla. En el caso de las jugadoras del filial, podrán entrar en los términos del convenio a partir de 12 convocatorias o 10 partidos disputados.
El texto acordado para la firma del convenio garantiza los derechos básicos de las futbolistas. Se ha hablado mucho de la cuestión económica (que queda fijada en 16 mil euros anuales brutos con parcialidad del 75%), pero las propias jugadoras han reconocido en cada comparecencia que reconocer derechos básicos como la cobertura en caso de lesión (incapacidad temporal) o la baja por maternidad eran tanto o más importantes que fijar un sueldo mínimo. Además, se reconoce el derecho a incapacidad total por causa directa del fútbol -que constará de una indemnización de 90 mil euros, o de 60 mil por fallecimiento a causa de la actividad- así como un protocolo de acoso laboral y sexual.
Así mismo, se le reconocen otras cuestiones como la propiedad de sus derechos de imagen para que sean explotados por ella misma o cedidos a quien crea conveniente, o la obligación de que perciba un porcentaje (15%) del importe de su traspaso a otro club.
El debate
Una de las dudas más planteadas por el aficionado es por qué los sindicatos aceptan un salario por debajo del que la RFEF había asegurado a las jugadoras. Esto se debe al exceso de ruido mediático, la poca información clara ofrecida, la comunicación unidireccional y la falta de contundencia en las respuestas de ACFF y sindicatos. Lo cierto es que este convenio se ha firmado sin las exigencias que transmitió la Federación en su última comparecencia, y que, en palabras de Rubén Alcaine, la institución no había puesto en entredicho hasta entonces. Lo cierto es que los clubes acaban de recibir a
aún ahora las ayudas del programa Universo Mujer (repartidas por el CSD y que provienen de Iberdrola), y que el Plan Élite de la Federación era un documento sin fecha de pago. Crear una expectativa a las jugadoras basada en papel mojado, sin el dinero en el cajón, era un riesgo que la Asociación de Clubes no podía asumir. Firmar un convenio trampa, sin garantías para cumplirse, podría haber dinamitado por completo el fútbol femenino español. De este modo, se ha optado por rechazar la propuesta de la RFEF, asegurar los fondos a través de la adjudicación de los derechos televisivos de la Copa de la Reina a Mediapro a cambio de 100 mil euros para cada club de la ACFF –que son los que, en principio, tendrían más problemas para cumplir el acuerdo- y sumar eso al dinero ya percibido por sus derechos en liga regular (3 millones de euros a repartir por temporada), así como a la partida presupuestaria que debe (sí o sí) repartir la RFEF y que no tiene nada que ver con el Programa Élite que habían diseñado.
El convenio, como cualquier tipo de convenio laboral, es revisable al alza. El documento firmado es una garantía de mínimos que se revisará en cuanto los fondos percibidos sean superiores a los actuales y se pueda garantizar un salario mejor a las jugadoras sin riesgo de incumplirse. No obstante, por encima de esa cuestión económica siguen estando los derechos laborales, hoy reconocidos y firmes. Derechos que sí que caminan de la mano con la idea que la RFEF había expuesto en el Plan Élite: convertir a nuestras jugadoras en las mejores. Si el objetivo prioritario del Élite y el de los clubes es este y no otro, no hay excusas para trabajar en conjunto a partir de ahora, pensando en los Juegos Olímpicos como fijaba Andreu Camps, o pensando en títulos a nivel de club. Si nuestras jugadoras tienen reconocidos sus derechos, los clubes sus deberes, la Federación su punto central de diana y los aficionados la competición, solo queda ahora remar todos en la misma dirección.
El modelo de competición
Con la firma del convenio, se cumple uno de los requisitos que había propuesto el Consejo Superior de Deportes para llevar a cabo la profesionalización de la competición. Este punto es determinante a la hora de atraer nuevos inversores, así como a la hora de competir con las mejores ligas mundiales en cuanto a jugadoras, condiciones y beneficios. Queda por determinar si la nueva Ley del Deporte regulará la situación de las jugadoras extranjeras en nuestro país, más si cabe en el caso de las extracomunitarias. No podemos pasar por alto que, en la situación política que nos encontramos, muchas jugadoras europeas de gran calidad tendrán problemas al ser inscritas como extracomunitarias en una de las ligas profesionales más potentes, la inglesa, y buscarán un nuevo destino[1]. Crear una competición profesional de calidad y garantías es, hoy más que nunca, un objetivo prioritario si queremos que las mejores jugadoras del mundo consideren la liga española como una opción para seguir creciendo.
Sin embargo, el escollo principal para llevar a cabo esta profesionalización es, hoy en día, la falta de acuerdo por los derechos televisivos. Unificar los derechos televisivos pondría fin, al menos durante varias temporadas, al mayor problema que tenemos para que el fútbol femenino termine de calar en nuestra sociedad: televisar todos los partidos. Es necesario que esta medida se lleve a cabo con premura: sin partidos en televisión no habrá espectadores, sin espectadores no habrá aficionados, sin aficionados no habrá nuevas niñas que quieran jugar a fútbol y den continuidad a nuestro deporte. Además, los altos ingresos económicos de la competición dependen –igual que en el fútbol tradicional- de patrocinadores, anunciantes y televisiones.
El crecimiento del fútbol femenino en nuestro país, es imparable. El convenio colectivo será la piedra sobre la que se edificará una liga profesional de garantías para nuestras jugadoras, de éxitos para nuestros clubes y de futuro para la cantera. La lucha de nuestras jugadoras, la firmeza en sus demandas y la capacidad de negociación para pactar unos mínimos sobre los que seguir trabajando, ha sido indispensable para conseguir la firma de este documento.
Enhorabuena a las que hoy pueden disfrutarlo, que le dan esperanza a las que están por llegar y que honran la memoria de las que colgaron las botas sin poder disfrutar de algo que merecían.
[1] Antes del Brexit cualquier futbolista con nacionalidad de un país de la Unión Europea podía firmar contrato sin la necesidad de permiso de trabajo o visado y, en este momento, están por determinar las nuevas normas para la competición.