Hablamos con la delantera del club vasco, que esta temporada ha debutado en Primera Iberdrola y ha celebrado la permanencia del equipo.
Objetivo cumplido. Faltan dos jornadas para terminar la Primera Iberdrola y el Eibar certificó su permanencia con la victoria por 1-2 ante el EDF Logroño. Una de las goleadoras fue
Arola Aparicio (Sant Antoni de Vilamajor, 1997), la delantera que este año, igual que el Eibar, se ha estrenado en la máxima categoría. Formada en el filial del Barça y con el bagaje de cuatro años en el Little Rock Trojans de Estados Unidos, la futbolista ha dejado ver durante toda la temporada sus cualidades de liderazgo en ataque.
Arola Aparicio ha compartido con nosotros las sensaciones de un año histórico, por partida doble, y la experiencia de una futbolista con un futuro prometedor.
Creo que, para ser un equipo recién ascendido, las cosas se están haciendo muy bien. Es verdad que en la segunda vuelta nos costó más, pero creo que empezamos la temporada muy bien. Planteamos una manera de jugar y de presionar bastante sólida y diferente. El balance es positivo en general. También, personalmente, para mí. El primer año en Primera Iberdrola es la experiencia de aprender cosas nuevas.
Los orígenes del Eibar se remontan en el Eibartarrak, fundado en 1991, el equipo de la zona que más éxitos ha conseguido en fútbol femenino. ¿Qué ha significado para el club volver a competir en la máxima categoría?
Para el club, pero también para la ciudad en general. Eibar llega a los 30.000 habitantes -y sino falta poco-, es una ciudad muy pequeña. Creo que haber tenido los equipos masculino y femenino en Primera División es importante y un motivo para sentirse orgulloso. Pese a ser el primer año en la categoría, el proyecto se ha llevado muy bien. Se pueden mejorar cosas, pero creo que puede ser un referente para otros pueblos o ciudades cercanas a Eibar.
Comentabas que el inicio de temporada fue bueno. Un empate contra el Levante, las victorias ante equipos como el Athletic Club, el Santa Teresa, el EDF Logroño… Y, en el segundo tramo del curso, cuesta más que los resultados lleguen. ¿Cuál ha sido el punto de inflexión?
La primera vuelta normalmente es más fácil porque los equipos te han visto y te han analizado menos. De cara a la segunda vuelta, ya pueden saber tus puntos fuertes y debilidades. Nosotras nos hemos mantenido bastante iguales a lo que queríamos hacer, pero los equipos se refuerzan. Nosotras también lo hemos hecho y hay partidos que hemos perdido, pero hemos tenido ocasiones para empatar o ganar. También influye el factor suerte. Creo que hemos trabajado igual y con las mismas ideas.
¿Qué características crees que definen al Eibar como equipo?
Estamos en un club muy trabajador. Cómo nos dijo un día el entrenador, la gente de Eibar es muy trabajadora. Es una ciudad industrial y creemos que el club representa los valores de la gente trabajadora, humilde y solidaria. Soy yo la que está jugando, pero también corro para la compañera de al lado.
Eres una de las jugadoras que este año han hecho el salto a Primera Iberdrola. ¿Cómo has vivido este episodio tan importante en tu carrera?
La verdad es que estoy muy contenta. Creo que todas las que hemos jugado en otras categorías tenemos el mismo objetivo de llegar a Primera Iberdrola. Es muy positivo porque aprendes de una división nueva y el ritmo es más alto y más físico. Creo que son cosas que vas aprendiendo, igual que con las contrincantes. Si el nivel sube, tienes que adaptarte a gente más buena y vas aprendiendo de eso.
Llevas 4 goles esta temporada. ¿Viviste tu primer gol en la categoría de una manera especial?
No recuerdo cuál fue, pero seguramente estaba muy contenta (dice entre risas).
Retrocediendo hasta tus inicios… ¿Qué despertó tu interés por el fútbol?
Siempre me ha gustado. Empecé a jugar tarde, pero siempre jugué en el patio del colegio. Eran todo niños y yo. Mi hermano jugaba y desde pequeña jugaba con él. En el descanso salía a jugar con mi padre. Siempre lo he llevado dentro y, pese a empezar tarde, siempre he ido con la pelota en los pies.
Con 15 años ya competías en el filial azulgrana. ¿Cómo fue tu camino hacia allí?
Empecé a jugar tarde, a los 11 años, en Palautordera. Allí estuve tres años y me fichó el Sant Gabriel que, en aquella época, el primer equipo estaba en la Superliga. Estuve dos años y entonces fui del Cadete al filial del
Barça.
En tu momento de vestir la camiseta azulgrana y de compartir vestidor con jugadoras como Aitana Bonmatí, ¿los éxitos y la progresión se veían venir?
Sí, creo que sí. En los últimos años se ha trabajado mucho más, pero creo que por la calidad y el nivel, se veía que muchas jugadoras podían llegar lejos, ganar la Champions y cualquier título. El Barça, como club, ha invertido y ha demostrado que apuesta bastante por el fútbol femenino. Obviamente hay un margen de mejora, pero sí que se ve que el proyecto lleva muchos años de trabajo.
Después de dos temporadas, ya con 17 años, estuviste cuatro años en Estados Unidos, estudiando y compitiendo con el Little Rock Trojans de Arkansas. ¿Qué te ha aportado esta etapa en tu crecimiento personal y como futbolista?
Siempre digo que Estados Unidos me ha servido para muchas cosas. A nivel futbolístico, el físico es lo que más destaca de su fútbol. Allí jugábamos una temporada muy corta, pero con dos partidos por semana, los viernes y los domingos. Para poder sobrevivir a esto, tienes que estar muy preparada físicamente. La rapidez y el crecimiento muscular me lo han enseñado allí. A nivel personal, es una experiencia diferente culturalmente, estás en el otro lado del océano y los valores son diferentes. Me llevo muchas amigas y lo recomendaría a todo el mundo, la verdad.
¿Cómo se consigue compaginar estudios y fútbol? ¿Hay las facilidades necesarias para poder con todo?
Sí, la verdad es que allí el mundo del deporte y de la universidad van de la mano. Si destacas en un deporte, siempre te llegarán ofertas de universidades y lo tienen montado de una manera que te dan todas las facilidades. La gente entrena y quizá se salta la clase, pero los profesores lo saben y se vive de esta manera. Pese a estar en un equipo, tanto los entrenadores como la coordinación deportiva te piden ciertas notas. No puedes abandonar ni el tema deportivo ni el académico. Te dan facilidades, pero lo tienen todo controlado.
A nivel de formación futbolística y de oportunidades, ¿que se ofrece en Estados Unidos que no se tenga aquí?
Mucha gente, cuando termina la universidad, si no entra en el ‘draft’, se lo toma como que ya ha terminado su carrera deportiva. Y muchas americanas vienen aquí para seguir con su carrera. Falta dar el paso de universidad a liga profesional, porque en el ‘draft’ hay pocas plazas y está un poco limitado. Hay una apuesta por el fútbol femenino desde hace muchos años, pero faltaría un paso más entre la liga profesional y la universidad, para no quedarte en el medio e irte en una liga por debajo.
Y después volviste al Barça, tu equipo de origen. ¿Qué te motivó a tomar la decisión de fichar por el Eibar?
En el momento de volver al Barça, dejé claro que lo que me interesaba era ir a la primera división y que me tomaba aquel año como un puente para volver al fútbol de aquí. En verano, cuando me llegó la oferta del Eibar, que sabía que estaba en Primera Iberdrola, no me lo pensé. En aquel momento era lo que quería.
Después de haber vivido una experiencia internacional, ¿te ves compitiendo de nuevo en otro país?
Sí, no tengo ningún problema en ir hacia otro país. De hecho, me gusta salir, conocer otros países y estar en otros ambientes. Hay ligas, como la francesa, que tiene dos equipos referentes en Europa, y tengo compañeras de Estados Unidos que están en Suecia y me han hablado muy bien.
Aunque en todo el mundo queda mucho camino por recorrer, está claro que el fútbol femenino ha evolucionado de manera diferente en Estados Unidos y en España. ¿En qué punto crees que estamos actualmente?
Creo que se ha mejorado, sí, pero estamos en un punto bastante por debajo. Por ejemplo, ahora que el Barça ha ganado la Champions, tener un club español que es referente en Europa y mundialmente, aportará interés, patrocinadores y se puede dar un paso en este sentido. Pero hay mucho por hacer. Cada vez hay más clubes y más interés, pero hacen falta más pasos, cómo profesionalizar la Liga.
¿Qué crees que aportará este cambio?
Espero que beneficios. Creo que hay cosas muy simples que se piden, y que se pueden mejorar, que quizá vendrán con el paso a la profesionalización. Que todos los campos cumplan las mismas condiciones, el tema de los salarios… Que haya unos mínimos un poco más considerables.
Cada vez se consolidan más referentes de mujeres futbolistas. ¿Cuáles eran los tuyos?
Siempre he mirado mucho fútbol masculino. De hecho, tampoco estaba muy a mano poder ver el femenino por la televisión. No había visto mucho hasta que entré a jugar en el Barça. No he tenido ningún referente como tal, pero si tuviera que decirte uno, sería algún futbolista del Barça.
Hasta el día de hoy, ¿cuál ha sido el momento más especial que te ha dado el fútbol?
Tengo dudas. Porque Estados Unidos siempre me ha gustado mucho. Allí ganamos el torneo de nuestra liga en mi último año y el de mis compañeras. Estuvimos conviviendo diez jugadoras durante cuatro años y, en el último, conseguimos ganar. Fue un momento muy especial. También este año, el debut en Primera Iberdrola, ha sido uno de los mejores momentos.
Arola Aparicio firmó con el Eibar por dos temporadas. Tanto la jugadora como el club vasco cerrarán la temporada con nuevos capítulos escritos en su historia de logros. Y con la ambición de escribir más y mejores.