Antes de plantear la toma de suplementos debemos conocer para qué sirven, qué son, cuáles son sus beneficios y posibles consecuencias negativas y sobre todo, si son necesarios.
Como su propio nombre indica, los suplementos son productos que añadidos a la dieta, pueden proporcionar un mejor rendimiento, así como actuar como preventivos de lesiones o molestias gastrointestinales. Pero deben ser un complemento a la dieta, es decir, en primer lugar es importante que la futbolista siga una alimentación adaptada a su rendimiento físico, entrenamientos, necesidades en los partidos… y si con la dieta no se pueden conseguir los objetivos deseados, recurrir a la suplementación o ayuda ergogénica.
Existen suplementos para todo; mejorar la capacidad de resistencia, disminuir la sensación de fatiga, aumentar la concentración, optimizar la recuperación muscular, relacionados con la hidratación…
Cuando hablamos de suplementos deportivos, existen algunos que pasan desapercibidos como los complejos vitamínicos, sales minerales, barritas o geles de hidratos… como algo habitual; sin embargo existen otros, algo demonizados como las proteínas o aminoácidos. Todos ellos son válidos y legales (siempre que estemos hablando de productos que superen los controles antidoping según legislación actual).
Son seguros, sí, pero no requieren un control por parte de FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), por lo que al consumirlos debemos cerciorarnos de que se trata de una marca de confianza.
Aunque sí están muy estudiados sus efectos y sabemos que muchas sustancias ayudan a mejorar el rendimiento, sólo uno de ellos han demostrado una eficacia consolidada; la cafeína. El resto de suplementos podrían ayudar pero no hay una evidencia científica certera, puesto que en numerosas ocasiones, los estudios favorables son financiados por la propia marca del producto.
Cuando tenemos bien diseñada y planificada la alimentación de una deportista, sí es común utilizar ciertos suplementos, aunque en muchas ocasiones se hace más por comodidad que por necesidad.
En el caso del fútbol pueden resultar de utilidad:
- Barritas energéticas y geles deportivos, para aportar hidratos de carbono de rápida absorción en momentos puntuales de un partido.
- Electrolitos como el sodio o potasio para mantener una adecuada hidratación.
- Vitaminas y minerales, sólo en caso de déficit diagnosticado.
- Recuperadores a base de proteínas y/o hidratos tras entrenamientos o partidos.
- Cafeína, para mejorar la concentración y la resistencia.
- Sustitutivos a base de proteínas o hidratos (batidos, repostería…) en caso de dificultad para una adecuada alimentación, por ejemplo en viajes.
Podemos concluir que los suplementos deportivos de marcas de confianza
pueden resultar útiles en determinados casos, estudiando individualmente, tras una correcta dieta, pero habitualmente no son necesarios. Nuestra recomendación es acudir simpre a
profesionales especializados, para que tras un estudio previo individualizado adaptar la dieta al objetivo desado y complementar o no con la suplementación más adecuada.
