No es probable que los clubes le tengan paciencia a Roures y Rubiales durante mucho tiempo. Otra jornada que pasa sin pena ni gloria, en la que las cábalas medievales se entremezclan con los tweets y algunas estadísticas de páginas de apuestas para hacerse una idea, a golpe de imaginación, de cómo serán los partidos que nos ocultan. Nos pueden decir que en el minuto 25 del Real – Levante saltó un canguro al campo y rajó las pelotas con un machete, que no tendríamos más remedio que creerlo. Era el partido de la jornada, el Baby Real frente a la Armada del Levante, Arroyo contra Pry, la batalla cruenta por el tercer puesto, por romper la hegemonía de los dos de arriba, y, bueno, el resultado, que es lo único que sabemos, ya lo saben… Basta. Les voy a decir la verdad:
A estos arcaicos de los tejemanejes en despachos y de discusiones eternas se les olvida que esto es 2020, que las redes sociales son un altavoz y que cada usuario que tenga un móvil en la mano es un reportero de guerra dispuesto a dejar constancia de la batalla. Viven tan alejados del público que consume el fútbol femenino que no se enteran de que vamos dos pasos por delante de ellos, incluso cuando tabican el camino. Vimos el Real Sociedad- Levante igual que vimos el Athletic – Depor, en una pantalla pequeña grabada desde una grada. Porque no van a quitarnos el derecho a ser informados. La afición del fútbol femenino en España será pequeña, pero es. Y está dispuesta a luchar porque esto no se pare. Vamos a seguir viendo partidos, jornada a jornada, nos los pongan en televisión o no. Así que prepárense para jugar con nuestras normas si no son capaces de establecer las suyas. Y olvídense de tirar cuentas: por cada una que denuncien saldrán cinco dispuestas a continuar el show. Solo necesitamos un móvil y una buena conexión. Así de fácil es todo lo que ustedes se empeñan en hacer difícil. A esos héroes, que intentaremos que sigan siendo desconocidos, simplemente gracias. Ah, y lo del resultado: para La Guardería Rebelde de la Real, que sigue jugando como si estuviera en el patio del recreo, mientras los de último curso se pelean por un bocadillo en el fondo y no se enteran de nada.
Tampoco era probable que en la zona de Chamartín le tuvieran paciencia a David Aznar durante mucho más tiempo. Si ya el año pasado el tuiterío madridista se tiraba a morderle el pantalón cuando ni siquiera llevaba su escudo, este año, que lo que el Madrí defiende es el blanco impoluto de su camiseta, arrancó con una derrota dolorosa contra el Barça y un pobre empate con el Valencia, que hacían esperar carteles de Se Alquila en el banquillo. Pero el Madrí supo esperar y esta jornada jugó, ganó y convenció, con una Marta Cardona de excelencia, y luciendo solidez de líneas. Cierto es que lo que tenía en frente era un Rayo que no se merece el vilipendio de su Presidente, al que le falta rodaje y para el que este partido fue un ensayo de pretemporada dentro de la liga regular. Sufrió el Rayo, desconocidas sus jugadoras, templadas y desanimadas. Pero este solo es el primer partido de unas defensoras de la franja que no van a bajar los brazos. Esas sí que tienen paciencia para aguantar, pelear y darle en los morros al que las quiere fuera.
LaLigaSports se une a la fiesta de dar partidos –fiesta harto complicada de mantener- y nos dejó ver al Barça de siempre contra el Sporting de Huelva que se crece contra los grandes, aunque en este partido no fuera el caso. Ir con un 0-2 al minuto 8 de partido y ver cómo la pelotita se mueve de lado a otro es un mazazo emocional que ni las mayores ganas de dar la campanada pueden derribar. El fútbol es un juego relativamente sencillo, se trata de mover una esfera por un rectángulo hasta meterla entre tres palos. Una suerte de billar gigante en el que cada movimiento vale y cualquiera, con casi cualquier parte del cuerpo, puede participar. Pero qué bonito ve ese movimiento Alexia Putellas siempre, ya sea para dar un pase en el instante exacto de la forma más precisa al hueco donde nadie lo espera, ya sea para asistir dejando a las defensas preguntándose cómo, o ya sea para marcar dejando a la portera dando golpes al palo. Habrá que dar gracias, y todo por haber podido disfrutar otra mañana más de domingo –unos van a misa, otros seguimos los movimientos de la maga de Mollet por una pantalla-, sabiendo cómo se enfanga el percal cada fin de semana para poder seguirle el rastro a un Barça que aburre de bueno, con el que las porras rondan más en a qué minuto empiezan a marcar y en cuál y con cuantos paran, y al que sigues viendo por puro stendhalazo, porque es difícil apartar la vista cuando cada jugadora que toca la pelota hace que valga la pena el hipnotismo.
Que LaLigaSports baje al barro refuerza la teoría de que Mediapro no quiere pagar por lo que Rubiales regala y la ACFF está obligada a darle respuesta y visibilidad a sus clubes. Y que Rubiales siga con su pretensión de regalar partidos a otras plataformas –intentó que fueran 85, legalmente solo pudo hacerse con 18- va más bien en la línea de destrozar las bases del CSD para hacer esto profesional: sin contratos televisivos de una buena pasta no hay interés económico y mediático. Al rottweiler, con el diente hincado en las teles, su pasta y su decreto, no le va a aflojar la mandíbula. Esto nunca será profesional mientras a él se le ocurra una forma de que no lo sea.
Tengo una comentarista de lujo privada, con la que hablo más de fútbol que de la vida (pero de la vida también un poco a veces) que ve la relación de Rubiales y Lozano como una relación tóxica que salió mal. Irene adoraba a Luis, y algo ha hecho Luis que ha llevado a Irene a pasar de adorarle a putearle. Tal vez ella se dio cuenta de que él solo le ponía ojitos para manipularla -no será la primera ni la última- y la paciencia se agotó. Hasta hace unos años, ese tipo de cine y literatura estaba abocado al fracaso. Hoy -permítanme crecerme- ya tenemos a nuestra heroína despechada: una mujer en un mundo de hombres que los va a ir poniendo al hilo uno a uno con el corazón roto. Casi me recuerda y todo a Kill Bill. Dejénme soñar con que esta mujer no se amilane, ponga firmes a Roures y Rubiales y esta sea la última columna en la que me quejo de que no hay teles. Yo le compro la katana (para que la enseñe, no para que la use, seamos pacifistas).
Querido fútbol: Del resto de partidos, lógicamente, no te hablo porque no los pude ver. Ni siquiera el EDF – Sevilla. Ya lo siento, pero estaba viendo la repetición del Europa – Sant Gabriel. Es que ya han vuelto, por fin, Reto y Nacional. Ahora ya estamos todos. Que empiece la fiesta.
Y que nos dejen verla.