Nueva jornada de Primera Iberdrola. Volvió el Barça que arrolla, el Atleti jugó con el Depor (no contra el Depor, que puede parecer lo mismo pero no lo es) y en el pozo se ve cada vez más pequeña la luz.
Leí hace años en una novela de Lucía Etxebarría -Beatriz y los Cuerpos Celestes- la historia de un pueblecito de las
highlands escocesas tan insignificante que, cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, nadie le había avisado de que debía dejar de atacar a los barcos que se acercaban. Siguieron haciéndolo durante años. Cada barco que se acercaba a su costa, petardazo y al fondo del mar. Aquel cementerio de armaduras crecía semana tras semana. Algo así le pasa al
Barça, una vez empieza a soltar petardazos le da igual que caigan tres que cinco, no sabe parar. Nadie le ha dicho que la guerra termina cuando vas con dos goles por delante y no queda tiempo para que te empaten.
El Barça tira y tira y marca y marca, y así llegó el excesivo castigo de una Real que le aguantó lo inaguantable, que en el 70 estaba presionando la salida del balón creyendo que podía convertir el 2-1 en 2-2 y ser el primer equipo en rascarle puntos al todopoderoso este curso. Qué va. Pero vaya partido guapo de la guardería rebelde. El marcador sirve para premiar la primera parte de un Barça insistente y recurrente al que le falta gol aunque los números digan lo contrario, y también para dar el manotazo en la mesa de campeón que quiere serlo más.
Pero es un espejismo. Las blaugrana se fueron con un 5-1 como se podían haber ido con un 1-1, con un 2-1, con un 2-2 o con un 3-1.
Pero el Barça sin ser el super Barça te mete cinco, esa es la realidad. No son de esta liga. El Atleti goleó al Depor. Y ya está, esa es la noticia. Aun así, en defensa cojea a veces y cuando un equipo con la moral por los suelos te llega y una cría te desborda cuando tiene la pelota y no lo sabes solventar, es un problema. Hay que apretar esos tornillos tal y como se espera de un equipo Champions. Esta misma semana hablaba con una jugadora de su plantilla que ni antes eran tan malas ni ahora son tan buenas, siguen en construcción. El escudo no construye equipos, hay que trabajarlos. Del Depor diré lo mismo que la semana pasada: las dinámicas. No me cabe duda de que cuando logren sumar un punto, entrarán más. Ahora mismo es imposible pensar en otra cosa, hay que sumar el primero. Hasta pensar en ganar le queda grande a la moral de este equipo hoy. Un punto, solo uno, y ahí cambiará todo. Fallan tantas cosas que es inexplicable entender desde fuera por qué. Y duele imaginar un vestuario en silencio cada tarde de domingo. Qué falta nos haría una que se fue.
El Madrí sigue sumando de tres por la gracia de Asllani (+ Cardona, que está cada vez más en forma). La parroquia blanca, en otro tiempo no muy lejano pedigüeña de la cabellera de David Aznar, ya se ha calmado. Espero que esta polaridad tan radical no muestre también los colmillos cuando el balón entre en una de esas salidas de tono de Misa. Déjenme, soy una clásica, para mi una portera tiene que ser sobria y respetar a quien le tira a puerta y a sus compañeras, a las que les debe dar un microinfarto cada vez que sale donde no debe salir o ataja como no marcan los cánones. Me pasa con Misa como me pasaba con alguna que está hoy en Nacional y daba toquecitos en el área ganando de cuatro o paraba con el pecho ganando de cinco. No lo soporto, qué le voy a hacer. Me gustan las botas negras, la camiseta por dentro del pantalón, los pivotes defensivos que hacen faltas de tarjeta naranja en los 20 primeros minutos de partido y las porteras que paran y punto. Si a sus fieles les gusta y lo jalean, solo les pido que si un día falla no se pasen a mi bando. Esta jornada las de Valdebebas triunfaron ante el Betis, que se queda en la zona baja de la clasificación esperando a que los nombres se entiendan y acoplen en el campo. Lo malo es que es una jornada menos para salir de ahí y que hay que seguir dejando cuatro por abajo para salvarse. Por delante 75 puntos y podríamos nombrar hasta ocho equipos en la pomada. Claro, que con tanto aplazamiento, una no sabe ya dónde empieza y dónde acaba la zona de riesgo.
¿Es el Rayo de riesgo con todo lo que le queda por jugar? ¿Y el Madrid CFF? El derbi fue para las visitantes, que venían de su largo convalecer y del desastre del partido aplazado que se reaplazó por falta de comunicación por parte de los de siempre. Las de la franja hicieron honor a su leyenda peleando hasta el final, con madera incluída, pero eso ya lo hemos contado en las jornadas anteriores. No hay nadie que les quite el título de peleonas. El Sporting de Huelva sumó un punto o perdió dos, o el Eibar ganó un punto después de remontar un 2-0, que es exactamente lo mismo que hizo el Athletic de Bilbao frente al líder, el Granadilla. Los partidos son 90 + el descuento y con tanto minuto a cuestas se hacen larguísimos para el que tiene ventaja y duran un suspiro para el que la va a acortando. Vamos, fútbol. Nada que no hayamos visto ya.
En Sevilla, Noelia Ramos y Enith Salón firmaron tablas. Pudo ganar el Sevilla con dos goles anulados, pero también el Valencia con un penalti que paró la tinerfeña. Ambos equipos pueden jugar a más de lo que jugaron, pero este noviembre interminable pesa en las piernas. ¿Qué necesidad había de cargar el calendario tanto sabiendo que aún estamos en zona naranja para las lesiones y las sobrecargas? Ah, sí, las selecciones. La Absoluta y la Sub20 con excepciones que es Sub23 porque la Promesas que era Sub23 con excepciones ya no es Sub23 si podemos usar la Sub21 de modo excepcional. A cada comunicado, circular, o rueda de prensa desde Las Rozas le puede sacar un galimatías o un trabalenguas, depende del día.