El primer paso fue consagrar el primer equipo, que en su mayoría completado por las ex jugadoras del Osasuna, comenzaron desde cero y compitieron en regional para ascender rápidamente a Primera Nacional. En solo un año ya estaban en una nueva categoría y por poco consiguen los play off para alcanzar la Primera Iberdrola, una época en la que aún Reto Iberdrola no estaba en el mapa.
Desde su creación el club ha puesto sus ojos en la cantera de cara a las próximas generaciones. Con el primer equipo ya establecido llega la integración de más categorías. “Desde el 2014, cuando se creó, hemos incorporado un equipo por año, y ahora mismo el club tiene cinco equipos”, menciona el director deportivo Javier Ugalde.
El Mulier apuesta fuerte en el fútbol base. Eso también ha llevado a tener un primer equipo con edad promedio de 18,4 años. Pero la juventud del conjunto también se ha debido que muchas de las jugadoras parten a otros clubes. “El Mulier es el trampolín a los sueños. No podemos dar la oportunidad de ser profesionales porque no tenemos esa capacidad, pero sí que ayudamos a las futbolistas jóvenes a cumplirlos”, agrega el directivo.
Un equipo que permite el crecimiento de sus jugadoras y llegue a los más alto. Es un trabajo que comienza desde las más pequeñas de cara al futuro. Desde el club, afirman que el principal objetivo es tener una de las mejores canteras del país. Al parecer van por buen camino, algunas de sus jugadoras ya han sido convocadas a la selección española en las categorías pequeñas y también han jugado por el equipo de Navarra.
Equipo joven que lucha por la permanencia
El primer equipo está conformado por jugadoras juveniles, cadetes y seniors. Una mezcla de experiencia y juventud, esta última es la que resalta en el conjunto. En la actual temporada están en la onceava posición del grupo 2 en Primera Nacional y fuera de los puestos de descenso, el objetivo de salvación se está cumpliendo.
Pero ha sido una tarea difícil para la plantilla que es superada en edad durante la competición. Así lo explica la capitana del equipo Irene Gaztelu “la edad es un factor clave, sobretodo en esta categoría, estás compitiendo con equipos cuyo promedio de edad te supera en bastantes años. Es verdad que al tener una plantilla joven hace que esa ilusión tenga un punto a favor, la que lleva 20 años jugando al fútbol no tiene esa misma ilusión que la que debuta”.
Pese a la corta edad, el equipo ve con buenos ojos la competición a futuro, en la que las jugadoras ya tendrán experiencia y podrán disputar cada partido de tú a tú. “Sé que si este equipo siguiese cuatro años juntos, sería un equipazo, considero que ahora es un equipazo, pero si logramos encajar todas y ganar más experiencia en la categoría, sería mucho mejor”, añade quien porta el brazalete.
El formato de trabajo también cambia. Los entrenamientos se realizan pensando en el cuidado físico para evitar lesiones y no perder nunca la ilusión de las jugadoras. El entrenador Mikel Maya, que se sienta por primera vez en el banquillo de un equipo femenino, asumió como un reto dirigir al Mulier a partir de esta temporada. “Hacemos una preparación acorde a las edades y con mucho cuidado en las cargas físicas, de esa manera no hemos tenido lesiones durante toda la temporada”, añade.
Con la temporada en pausa, la plantilla continúa con la preparación desde casa y así conseguir el resultado esperado, “el objetivo único y exclusivamente, la salvación, y en ello estamos”, afirma el técnico. A su vez, la capitana apunta a que “solo nos falta terminar de madurar al equipo para que esos partidos buenos se transformen en buenos resultados”,
Sin duda un club que nació con una misión principal, fomentar el fútbol femenino y trabajar en la cantera para que -en un futuro- vean a las futbolistas formadas en la institución destacar en Reto o Primera Iberdrola. De momento los ojos están puestos en mantener la categoría y trabajar para mejorar los resultados en la próxima temporada.