La situación en el Rayo Vallecano femenino, la suspensión de puntos por una obligación que no es aplicable y la amenaza de huelga por parte de las jugadoras deja un panorama complicado para la Primera Iberdrola
La primera división femenina se prometió profesional para este curso. Llegamos casi al último mes del año y todo sigue completa, llana y exactamente igual. O peor.
Estas dos últimas semanas se está viviendo una de las situaciones más esperpénticas -si cabe- de lo que llevamos de esa hipotética “profesionalización”.
Al
comunicado del Rayo, se sumó la convocatoria a medios para una rueda de prensa con AFE y jugadoras representantes de nueve equipos de la competición, debido a la suspensión de puntos por parte de la competición a tres equipos por una obligación que -legalmente- no aplicaba.
La víspera de dicho evento amenazaba a parón, a huelga, a poner encima de la mesa lo que venían a decir las jugadoras. Sin embargo, la realidad no fue esa, ni mucho menos.
El
discurso se centró en la necesidad de los derechos básicos estipulados por el convenio y de una profesionalización inmediata, como ya se había prometido hace tiempo.
En el caso de que no ocurriera y/o de que nada cambiara -lo que lleva sin cambiar años- quizá se amenazaría con una huelga. Una huelga que, por cierto, no tiene el apoyo ni el sustento de dos de los equipos más poderosos y con más influencias del país. Vamos mal porque si algo ha dejado claro la lucha del fútbol femenino contra los que mandan es que o se rema en conjunto o no se consigue -absolutamente- nada.
¿POR QUÉ SE NECESITA UNA LIGA PROFESIONAL?
Vaya pregunta. Que la responda quien quiera.
Aquí nos vamos a limitar a contar experiencias y hechos que crean dicha necesidad. La reflexión y opinión corren por cuenta propia.
Retomando los dos casos que han dinamitado los consecuentes comunicados, el primero de ellos es de un equipo al que las cosas y los planteamientos están funcionando de manera errónea. Si hablamos en terreno futbolístico -ojalá hablar más de ello-, los planteamientos de los partidos no son los acertados. Ahora bien, indaguemos y analicemos antes de juzgar cualquier estrategia técnica.
El pasado sábado, Camila Sáez, jugadora del Rayo Vallecano femenino, tuvo la mala suerte de sufrir un golpe en la cabeza debido a un choque. Fue mala suerte, las lesiones son gajes del oficio, pero para ella fue mala suerte porque su equipo no cuenta con el personal homologado para cubrir este tipo de trances del juego. Los servicios médicos del Athletic fueron quienes socorrieron a la jugadora, en el campo de las rayistas. El miedo a jugar en esas circunstancias, porque ya no es miedo a perder y a descender y quedarse sin equipo -que también-, sino a no saber qué va a ser de ellas tanto física como moralmente está siendo el verdadero problema del Rayo. La concentración en un partido es inviable cuando no sabes qué puede pasarte, quién va a socorrerte y quién va a darte cobijo. Su presidente todavía no se ha pronunciado al respecto, ni se le espera. Está -cómodamente- por los Emiratos Árabes, creemos. “Mientras jueguen, que más quieren, ¿una casa?”, bien podría haber sido la cita que nos hubiera dicho en el caso de haber podido contactar con él. Qué maravillosa y fructuosa podría haber sido esa conversación.
Twitter @futfem
Y es que parece que este es el planteamiento se pasea por todas las cabezas de las corbatas que llevan los hilos de esto: “mientras jueguen que no molesten, que no cansen, que jueguen y ya”.
La profesionalización de la liga sigue siendo la mayor mentira desde hace años, aquellos años en los que se prometió por primera vez. Ahora, esa promesa que se van pasando entre unos y otros y no terminan de asentarla ni de sentarse a, valga la redundancia, sentar las bases. Solo unas bases, unos estatutos que permitan que esto salga adelante, que les permita jugar, pero bien, con unas condiciones dignas, sin que un simple y redundante parche -que no es una obligación- les impida seguir creciendo. Luego se limarán asperezas, se retocarán unos y otros deberes y obligaciones pero que esto sea profesional es lo prioritario. “Mientras jueguen, que sigan jugando, ¿qué se lo impide?”, bien podría ser la respuesta de alguna otra corbata en el caso de haberla entrevistado.
Todo son mentiras y conformismos -y galones-, nadie va hacia delante, ni toma la iniciativa clara ni teme que pueda pasar lo peor, excepto las jugadoras que se sienten amenazadas y acaban dejándose llevar por esa tendencia del “es lo que hay, mientras juguemos”. Esto no puede quedar así, debe haber unión porque así lo están exigiendo y así están apretando. No es lo más lícito porque no tienen derecho a exigir nada, pero a pesar de ello, la unión hace la fuerza, nunca mejor dicho.
HABLANDO DE GALONES
Quizá parezca un pegote más para este artículo, pero, esperen y vean como, al final, todo tiene conexión ¿Por dónde empezamos para acabar? Por los galones, si les parece oportuno. Hay que tener muchos galones para seguir con las mentiras. Antes de conocer la lesión que sufrió en el partido de Champions, la agencia de representación de Damaris Egurrola -jugadora del Olympique de Lyon, talento vasco, curtida en la liga, con los y las franceses y francesas deshaciéndose en halagos por su técnica y su juego-
desmentía las palabras del seleccionador nacional. ¡Al menos alguien que desmiente! “
Mentir públicamente y echar la culpa a una chica de 22 años que ha representado a España en todas las categorías inferiores es algo muy pobre por parte de un seleccionador nacional”, decía públicamente la agencia. Para gustos, los colores, evidentemente que sí, pero
para dar espacio, valor y, sobre todo, oportunidad al talento que hay, se organizan estos partidos que le vienen a la selección. A priori, fáciles, para experimentar, innovar, descubrir, para seguir experimentando, seguir innovando y seguir descubriendo. Pero, no. Para gustos, los colores y los galones. “Mientras jueguen, ¿qué mas quieren? Aquí no hay hueco para todas” parece haber dicho quien jamás nos atenderá. No queremos cargarle de la culpa de todos los males que le ocurren al fútbol femenino español, ni mucho menos. Es, simplemente, una corbata más, otra mentira más.
Twitter @damarisegu
*Recordemos que en una semana se van a entregar los galardones a la mejor futbolista del año. En esa lista se encuentran algunas de las que juegan en esta liga descuidada. Que no se llenen la boca si gana alguna de ellas. Que de hipocresía y palabras sin cumplir vamos sobrados.