Hablamos con la centrocampista del Madrid CFF antes del derbi de la Copa de la Reina en una temporada para enmarcar.
La serie Gotham, creada por Bruno Heller, supone un giro argumental en el universo Batman. Es la primera vez que el comisario Gordon adquiere más importancia que el propio Bruce Wayne. Jim Gordon es el personaje principal en una ciudad en la que la corrupción, la mafia y el caos campan a sus anchas. Wayne es solo un crío que crecerá en ese entorno con la figura del comisario como referencia. Ambos están ligados a la fe en que el mundo puede cambiar desde la justicia. Ambos tienen, además, esa idea de justicia aprendida de sus padres. Bruce heredaría industrias Wayne —con todo lo que ello conlleva— y Gordon un anillo con una inscripción: dum spiramus tuebimur (mientras respiremos, tenemos el deber de proteger). La figura del padre, ausente en ambos, y la responsabilidad de honrar su legado y mejorarlo, es la clave de su vínculo.
Esta misma idea de la justicia heredada la hemos visto en cine y literatura durante siglos. Pero no es tan frecuente encontrarla en el fútbol, hasta que indagas en la historia de Estela Fernández Pablos (Madrid, 1991) y descubres que empezó a jugar al fútbol como su padre —exfutbolista del Cacereño— estudió derecho, y ahora, además de futbolista profesional, es Policía Nacional: como su padre, como Gordon, como el padre de Gordon.
“Cuando era pequeña, con unos cinco años, bajaba al parque con mi madre. Ella me tiraba pases y yo le decía que de eso nada, que era muy aburrido. Yo quería regatear, que me intentara quitar la pelota” -recuerda la centrocampista del Madrid CFF-. “No sé si me empezó a gustar el fútbol por imitar a mi padre, pero creo que me viene de sangre. Siempre le he admirado. Estudié derecho, después un master, pero el trabajo de oficina nunca me gustó. Ya de pequeña me llamaba la atención la posibilidad de ser policía, en 2017 me presenté a las oposiciones y conseguí la plaza. Se puede decir que le he imitado en muchos aspectos, sí”.
Estudiar una carrera mientras se entrena y juega al máximo nivel es algo que hemos visto en muchas de nuestras futbolistas, pero una oposición exige una dedicación un paso por encima de unos estudios superiores. “Estaba acostumbrada a la rutina de estudiar. Cuando estaba en el Rayo entrenábamos por la tarde, sobre las 20:30, y por las mañanas estudiaba el temario, iba a clase o preparaba las pruebas físicas. La dedicación es distinta a la de la carrera, los nervios, estar tanto tiempo preparándote para un examen y nunca saber si estás realmente preparada o no, pero la rutina era la misma: estudiar hasta que mentalmente no podía más e ir después a entrenar”.
Y, una vez conseguida la plaza, el trabajo de policía. Un trabajo que necesita una concentración máxima, un esfuerzo físico y mental constante, y compatibilizarlo con la práctica deportiva al máximo nivel en Primera Iberdrola. “No te voy a mentir, estoy agotada. Entreno por la mañana y trabajo por las tardes, la Policía me da muchas facilidades para jugar los partidos, pero eso no resta la exigencia física que conlleva, y más con partidos entre semana. Es difícil rendir al máximo en los dos sitios, en el trabajo y en el campo. Cuando tengo un día libre de las dos cosas, lo aprovecho para descansar y recuperar todo lo que pueda”.
Las estadísticas de Estela Fernández van más allá de las 5 asistencias y 3 goles que lleva esta temporada. Es la segunda jugadora de la plantilla con más ocasiones creadas (16), con un 75% de pases completados (607), y 18 de ellos clave. Estela juega al mayor nivel para que el resto destaque y remate, igual que Gordon trabaja en silencio para que Batman termine el trabajo. En palabras de Óscar Fernández, su entrenador: “Estela es la jugadora que marca el ritmo del equipo en el momento con balón. Su capacidad para asociarse y encontrar siempre el pase correcto marca la diferencia. Es una jugadora diferencial, y con mucho margen de mejora. Su temporada está siendo espectacular y aún nos queda ver lo mejor de ella”.
La temporada del Madrid CFF no deja un minuto de relax. Sextas en liga, a seis puntos de la codiciada tercera plaza que clasifica a Champions, una de las sorpresas del campeonato y con mucho que decir en la Copa de la Reina. No hay un solo minuto en el que bajar la guardia, ni en los entrenamientos, ni en los partidos. “Vamos con todo. Estamos compitiendo muy bien, estamos arriba peleando por cosas que no nos hubiéramos imaginado este verano, y sin desconectar. Si en agosto, con aquella pretemporada tan larga, nos dicen que íbamos a estar ahí, no nos lo hubiésemos creído. Es un sueño, como si nos dijeran ahora que somos favoritas para la Copa. Trabajamos para ello, y cuando paramos y nos vemos ahí, dices ‘qué bien lo estamos haciendo’. Competimos contra equipos muy grandes, con grandes plantillas, en un club modesto que no tiene los medios e infraestructuras que tienen otros. Estar ahí es síntoma de que lo estamos haciendo bien”.
Este verano hablábamos con
Itziar Pinillos de cuál sería la clave de este Madrid CFF. No dudó en señalar a la mezcla entre madurez y juventud. En esa división entre
promesas y
veteranas, Estela entra en el segundo grupo, pero no llega a los 30 años. Desde su debut en el Rayo B en 2009, pasando por Pozuelo de 2011 a 2014, de vuelta a vestir la franja hasta 2018 y su posterior llegada al Madrid CFF, más de una década de fútbol que habla de mil batallas para curtir una experiencia necesaria en una temporada clave para las blancas. “Es un equipo muy maduro en cuanto a experiencia deportiva, y esto es muy importante. Hay momentos en la competición en que hay que saber estar. En otras temporadas lo echábamos en falta.
Esa mezcla de juventud y experiencia, y la forma de conectar que tenemos en el vestuario, son la clave. Nos ayudamos todas, encajamos a la perfección, tanto cuerpo técnico como jugadoras, y eso al final funciona”.
En una temporada tan atípica como esta, en la que los partidos aplazados han saturado el calendario de partidos intersemanales, tener un buen fondo de armario para las rotaciones, y que ese fondo sea joven, es una garantía de engranaje. “Cuanto más joven son las jugadoras, mejor recuperan. Y nos dan un empuje, una velocidad y unas ganas extra en todas las competiciones”.
Porque la liga no es la única competición en la que tiene puesto el ojo el Madrid CFF. Este año, los ocho primeros clasificados jugarán la Copa de la Reina. Para las madrileñas, el torneo empieza fuerte, con un derbi frente al Real Madrid. Los derbis son otro rollo. “Derbi, Copa, y además a partido único. El formato me gusta. Habían propuesto también que entraran equipos de Reto y sería algo atractivo de ver. Cuantas más novedades de este estilo, mejor para el espectador y para nosotras. Nuestro objetivo siempre es ganar, pero es muy difícil. La jugamos los ocho mejores equipos de la liga y somos conscientes de que hay que hacer las cosas muy bien para ganar, que es difícil, pero tenemos esa ilusión de llegar hasta el final y de competir hasta el último momento. Que a cualquier equipo le cueste un mundo derrotarnos. Espero que lleguemos lo más lejos posible, y por qué no ganarla.”
En una entrevista al periódico El Español el pasado verano, Estela hablaba de sueños casi inalcanzables (jugar en la Selección) e imposibles (ganar una Champions). El primero, con la destacada temporada que está haciendo, sería merecido. El segundo se antoja difícil, pero al menos aún tienen a tiro la posibilidad de jugarla. “Clasificarnos para la Champions es un objetivo difícil, pero sigue ahí. No quedan muchas jornadas y podemos estar peleando por esa tercera plaza. Es un sueño alcanzarlo, entrar en ese grupo, poder competir con las mejores”.
El Cacereño nunca ganó una Copa del Rey, pese a participar en veintiuna ediciones. Tampoco participó en una Champions. Esta tarde, una Fernández comienza el camino a inaugurar la vitrina. Como Frank Gordon le dijo a su sobrino Jim antes de cederle su puesto en la Corte de los Búhos de Gotham: Tienes su fuerza. Tú puedes terminar lo que él empezó. Por nosotros. Habría estado muy orgulloso de ti.