Ser capitana de tu equipo es una responsabilidad, pero si a ello además se le suma ser referente e historia del club ya es un grado superior que se debe apreciar, respetar y ser ejemplo para las futuras generaciones. Y más en un mundo que cada vez se pierden más referentes y el clásico romanticismo de una futbolista por su club de origen.
Núria Sala (Taradell, 1994) es una de tales perfiles en activo que cada vez son más una especie en (desgraciadamente) peligro de extinción. El Vic Riuprimer es el club de su vida y con el que ha competido desde que diera el salto del Juvenil vicense hace ya 11 años.
Dos ascensos a Segunda División (2014 y 2020) y otro a Preferente son los logros de Sala con el primer equipo de la comarca catalana de Osona. Este año, el Vic Riuprimer está luchando por sumar un nuevo ascenso y campeonato de liga a sus vitrinas: campeonar en el grupo III de Tercera RFEF.
Desde inicio de temporada he charlado con varios entrenadores de otros equipos y todos coincidían y les sorprendía el inicio de temporada que tuvo el Vic Riuprimer. ¿También se tenía esa percepción en el propio club?
Tuvimos un golpe de realidad. La pasada temporada fuimos quintas en liga y este año nosotras mismas nos planteamos ir un paso más allá. Mejorar la quinta plaza del año pasado, ya que el bloque es el mismo. Los tres primeros resultados nos sorprendieron, la verdad. Se debía ajustar algunos apuntes y a partir de ahí se dio un paso al frente y se tenía que sacar como fuera, siempre con los pies en el suelo. Poco a poco se han ido ganando partidos con mucho trabajo. Ahora ya vemos la segunda vuelta desde otro punto de vista, pero queda mucho.
Esta temporada se está disfrutando en el Vic Riuprimer y más aún cuando se echa la vista atrás y se recuerda todo lo que ha tenido que superar el club hasta regresar al escalón y a la situación que está viviendo ahora el club.
Nosotros somos el Vic Riuprimer, pero la historia de la entidad y la trayectoria del fútbol femenino ha tenido sus etapas, fusiones y evolución. En mi último año de Juvenil, allá por 2012, formé parte de aquella plantilla que estaba en la antigua Segunda División, pero siendo UE Vic, ya que el primer equipo formaba parte de la estructura de otro club. En ese año se separan UE Vic y Vic Riuprimer y el club donde estaba pierde la categoría.
Se tuvo que empezar de nuevo desde categoría regional y nos encontramos entonces con una reestructuración de categorías y ya no era la Primera Nacional de entonces. Obviamente, estamos contentas por todo lo que se está logrando y la estabilidad actual del club. Nos identificamos con la identidad propia que tiene ahora el club, compitiendo por todo.
No depender de otra entidad, os hizo tener más sentimiento de pertenencia, imagino.
En el momento que se dividen, el primer equipo queda en manos de la UE Vic y muchas jugadoras formaban parte del Vic Riuprimer y se movieron de club para empezar de nuevo con las bases del Riuprimer.
Mi sentimiento de club es muy grande. Me he formado en el Vic Riuprimer y se ha apostado por el fútbol femenino, tanto por mí como por todas mis compañeras que hemos crecido juntas. La Directiva y la coordinación ha estado muy implicada por el fútbol femenino y para conseguir categorías y un Juvenil que compite con las mejores canteras de Cataluña.
Esta situación provoca un mayor sentimiento en las jugadoras y fortalece la relación entre futbolista y club
El Vic Riuprimer es un club que permite a las jugadoras de la comarca jugar en unas categorías que si lo hicieran en Barcelona sería mucho más difícil. El sentimiento de ofrecer esa oportunidad hace que la base sea del Vic Riuprimer y se valoran mucho más las categorías. La competencia en Barcelona es muy alta.
En el caso de Núria Sala, es de las uniones más fuertes que ahora mismo hay en el fútbol catalán entre jugadora y club. ¿Sabe cuantós partidos lleva a sus espaldas?
Uff (ríe). No tengo el dato. En 11 años con el primer equipo me habré perdido cuatro partidos, como
mucho, y una temporada que estuve en Estados Unidos.
Este romanticismo futbolista – club se está perdiendo
Cada vez hay más jugadoras que crecen de la mano de sus representantes, con la idea de crecer y por una parte lo entiendo. Todos queremos crecer y esto profesionalizo el fútbol, pero también se pierde esta relación y pertenencia de club – jugadora y amor por unos colores. Me siento muy afortunada de estar en el Vic Riuprimer porque las jugadoras miramos más allá de la actual temporada y no solo de pensar que hoy estamos aquí y mañana ya no sé donde estaré. Esto va más allá del fútbol y suma mucho.
Con la reestructuración de categoría de los últimos cuatro años, ¿no se ha planteado vivir una temporada en Reto Iberdrola o la actual Segunda RFEF?
Cuando una jugadora se encuentra muy bien en un equipo, lo tiene cerca de casa y te tratan tan bien...y a las juveniles les transmitimos el mensaje de todo lo que cuesta tener un equipo en Tercera RFEF. Ellas promocionan del Juvenil al primer equipo y ya están en la categoría, pero no saben todo lo que ha costado recuperar la categoría. Volver a empezar de nuevo y que te planteen el reto de que se tenga que volver a liderar el proyecto desde abajo, ya era un reto para mí. Cuando la motivación es compartida, cuesta mucho irte de un sitio en el que estás bien.
¿Y este año la ambición del Vic Riuprimer tiene el sello de volver a luchar por un ascenso?
Mucho. Y dentro del vestuario también gusta. La presión está, pero gusta ser un candidato al ascenso. Hace unos años nos encontrábamos a estas alturas de temporada en tierra de nadie. Alejadas del descenso, pero con los equipos de arriba a mucha distancia. Poder vivir este año me hace estar extremadamente motivada y estamos luchando por ganar una liga. Soñar con ello es tener la ambición que no se ha tenido hasta ahora.
¿Hay generaciones futuras para mantener la ambición en el club?
La dirección deportiva y coordinación está trabajando muy bien en el fútbol base. Ester Arnaus es la coordinadora y se está trabajando de una forma brutal. Hay mucho trabajo con máximas categorías y los equipos luchando en la zona alta. Debemos nutrir nuestro fútbol base con jugadoras de la comarca y disfrutar de esta categoría.
Núria Sala cumple este año 30 años y se sueña con el ascenso a Tercera RFEF
Si subimos, que mejor manera de plantearte colgar las botas que con un ascenso (ríe). Me encantaría competir en Segunda RFEF y sería lo máximo que podría conseguir en el fútbol. Llevo muchos años en esta categoría y sería el súmun de todos los años que llevo jugando a fútbol. Mi objetivo es disfrutar con el Vic porque es lo que me ha hecho feliz. Es mi motivación.
