Conocemos la historia de estas dos hermanas cordobesas que, lejos de querer ser futbolistas, siempre han sentido una pasión por ser árbitras
El fútbol es el deporte más popular en España. Desde bien pequeños, miles de niños y niñas lo practican sea en el colegio, en el parque o en un club, la pasión por este deporte está muy extendida a lo largo de todo el territorio español y son muchos los que quieres ser futbolistas de mayores. Pero, como en todo, hay excepciones y Cristina y Elena Hidalgo lo son. Estas dos hermanas cordobesas sienten una gran pasión por el fútbol, pero, alejadas del sueño común de ser jugadoras, ellas dos están haciendo lo que más les gusta dentro de este deporte: ser árbitras.
Cristina, de 18 años, y Elena, de 22, llevan 5 y 4 temporadas respectivamente como colegiadas, en una carrera que ya las ha llevado a pitar Reto Iberdrola y a salir de cuartas árbitras en encuentros de Primera Iberdrola. Ambas vienen pisando fuerte y han demostrado muy bien nivel como árbitras principales, aunque cuando tienen la oportunidad de pitar juntas, no se lo piensan dos veces si se tienen que ir a la banda a ser la asistente de su hermana.
¿De dónde sale esa pasión por el fútbol?
CRISTINA: Llevamos el fútbol en la sangre. Desde que tenemos uso de razón estamos en los campos de fútbol con mi padre, porque ha sido entrenador de categorías bastante altas. Entonces los fines de semana estábamos en los campos de fútbol.
¿Y qué es lo que os llama del arbitraje? ¿Qué os hace ser árbitras?
C: A mí realmente me gusta el fútbol, pero como te he dicho no me gusta jugar. Me gusta más el mandar, por así decirlo.
ELENA: En mi caso, desde chica he estado jugando al fútbol y la verdad es que siempre me fijaba en la figura del árbitro. No sé por qué, pero siempre me ha llamado la atención. Creo que es una función muy importante y decisiva en casi todas las ocasiones.
Cristina, ¿tú eres la primera de las dos que da ese paso hacia el arbitraje?
Sí, empecé un año antes que mi hermana
Empiezas con 13 años, ¿cómo te inicias y cómo es tu progresión hasta ahora que tienes 18 años?
Como has dicho, empecé con 13 años, fui a año por categoría. Aquí empezamos en Nuevo Ingreso que solemos pitar Fútbol 7 y los partidos de los niños chicos. Luego ascendemos a una categoría Oficial, que empezamos a salir de banda en categoría Senior y el siguiente año subí a Provincial, que ahí te da margen a pitar Senior como árbitra principal y a tocar la Segunda División Femenina.
En tu caso Elena, tienes 4 años más que tu hermana, empezaste con 18 años. ¿Cómo das tú ese paso hacia el arbitraje? ¿Te ves un poco impulsada por lo que hace tu hermana?
La verdad es que había tenía la idea antes que mi hermana, pero nunca me había decidido a ser árbitra. Pero como ya mi hermana empezó a pitar y yo fui a verla a partidos, pues me decidí. Ese año ya no podía y, el siguiente, me apunté en el curso. Entré en Nuevo Ingreso, he estado dos años en Oficial y este es mi primer año en Provincial.
¿Qué significa exactamente estar en Provincial?
E: Ahora, en categoría Provincial lo que pitas son primera y segunda Senior, en la categoría de aquí de Córdoba. Luego vas de asistente a División de Honor masculina. Por otro lado, a nivel femenino, pitamos Reto Iberdrola las dos y hemos ido de cuartas árbitras a Primera Iberdrola.
C: Estamos en el mismo nivel. En el Femenino, hemos pitado Segunda División y la Primera B, lo que es Reto Iberdrola y luego a nivel masculino, los Senior de aquí de Córdoba a nivel provincial y salimos de asistente en División de Honor.
En una entrevista entendí que os interesaba el arbitraje, pero que quizá en casa eran más reticentes, preferían que siguieras, en tu caso Elena, siendo futbolista. ¿Esto es así?
C: Mi hermana jugaba de pequeña al fútbol, pero a mí no me ha gustado nunca jugar.
E: Yo de pequeña jugaba y un día dije en casa “me gustaría ser árbitra” y me dijeron “¡anda ya!”, pero siempre nos han animado.
C: En casa nunca nos han dicho “arbitra o juega”. No nos han dicho “tú tienes que hacer esto”. Cuando quise ser árbitra y me fui a apuntar, nadie me dijo que no lo hiciera. En casa siempre han apoyado las decisiones que hemos tomado.
Habéis arbitrado juntas algunas veces. ¿Qué se siente el arbitrar junto a tu hermana, tenerla de linier o de principal?
C: Al empezar yo un año antes, empezó mi hermana a salir de asistente prácticamente todos los partidos conmigo. Es verdad que en Federación he pedido que, en la medida de lo posible, mi hermana vaya en la banda conmigo. Debuté en Segunda División y mi primera asistente fue ella. Yo sé que llevar a mi hermana en la banda es una seguridad, que si tenía algún problema ella me lo iba a solucionar. No es igual que llegue una persona desconocida que no sabes cómo va a reaccionar. Ella sabe mi criterio de arbitrar, así que sé que ella va a tomar la misma decisión que si yo estuviese en la banda.
E: En mi caso igual. Llevarla en la banda ha sido un plus, porque aprendo de ella siempre y nada, esa tranquilidad de que va a saber solventar todos los problemas que puedan ocurrir.
Elena (izquierda) y Cristina (derecha)
En una entrevista anterior, decías Elena que teníais un entrenador personal y que trabajáis el día a día del arbitraje. ¿Cómo es ese día a día?
Nosotras entrenamos cuatro días a la semana, depende de la semana cuatro o tres, y los fines de semana partido. Diariamente hay que estudiar el reglamento, porque no sólo es llegar al campo y coger el silbato, sino que tienes que saber todo el reglamento que conlleva arbitrar. Tienes que tener una base y, luego, dependiendo de la categoría en la que estés, tendrás que tener un nivel más alto claro.
Entonces, ¿en cuántas horas semanales podríamos decir que estáis?
C: Por así decirlo, entre tres o cuatro días entrenamos físico, mínimo dos horas de entrenamiento. Luego pues el reglamento, no puedo decir, porque nosotras estamos en la universidad y depende de los horarios que tengamos. A lo mejor entre descanso y descanso echamos mano al libro.
Precisamente quería preguntar por eso. Tú, Elena, estás estudiando 3º de Enfermería y tú Cristina estás en 1º de Primaria Bilingüe. ¿Se pueden compaginar los estudios y el arbitraje con la dedicación que le ponéis?
E: Es verdad que, aunque estés estudiando, siempre viene bien hacer ejercicio durante dos horas para despejarte. Cuando llega la época de exámenes y tenemos partido el fin de semana, sientes un poquito más de agobio, pero creo que lo llevamos bastante bien.
C: Al final el arbitraje, como siempre decimos, es una asignatura más, porque si realmente te guste le empleas el mismo tiempo, quizá no que la universidad, pero sacas tiempo de donde haga falta para dedicarte a lo que te gusta.
En este sentido, también habéis dicho que esto de ser árbitra es un hobby y que, si vais a comer, va a ser de vuestros estudios. ¿Eso significa que, si algún día no podéis compaginar, elegiréis el camino apartado del fútbol?
C: Yo, sinceramente, pienso que voy a comer de mi carrera. El día de mañana yo voy a estar trabajando de profesora y mi hermana de enfermera. No te voy a decir que el día de mañana voy a ser árbitra de Primera División y voy a comer de ello, porque no es suficiente. Por eso lo clasificamos como un hobby, porque es donde empleamos nuestro tiempo libre, pero realmente le ponemos las mismas ganas que si estuviéramos estudiándolo.
Volviendo al presente, habéis comentado que podéis arbitrar en Reto Iberdrola. Precisamente tú, Cristina, lo hiciste en un Málaga-Granada. ¿Cómo fue esa experiencia y cómo notaste el cambio de categoría?
Era mi primer partido y los nervios están ahí. En todos los partidos están esos nervios que, al fin y al cabo, creo que son buenos. El día que yo no tenga nervios, no estaré disfrutando del arbitraje. Es cierto que hay un salto de nivel de Primera Nacional a Reto, las niñas tocaban el balón de otra manera y el partido fue bastante disputado. El Málaga estaba abajo y el Granada arriba; el trío arbitral pensábamos que se daría un resultado y, al final, nos sorprendió. A nivel de debut, la verdad que muy contenta y, además llevé dos seguros en la banda porque me pusieron dos asistentes de Tercera División y, con esa gente, pitas el partido solo.
Hablando de experiencias, me voy a ti Elena, porque en el Betis – Barça de la Primera Iberdrola del 31 de octubre de 2020 estuviste de cuarta árbitra. ¿Cómo es la experiencia y cómo se ve desde dentro pero desde fuera ese partido?
Desde primera hora, nada más llegar, el trato que tienen allí es totalmente distinto a lo que estamos acostumbradas a vivir aquí a nivel cordobés. Todos los equipos tienen un cuerpo técnico increíble, pueden ser ocho personas perfectamente. Luego, el nivel de juego es muchísimo más alto, eso ya es otra liga.
A nivel de compañeras, la verdad es que evolucionas muchísimo. Aprendes más que en tres partidos juntos.
¿Arbitrar ahora es más “fácil” porque es imposible escuchar a la grada o se hace más complicado o extraño? ¿Cómo es esa diferencia?
E: A mí me gusta más que haya público, porque creo que es la esencia del fútbol. Que celebren un gol, protesten una falta, siempre sin pasar los límites… la esencia del fútbol es con público.
C: Pienso igual. Yo digo siempre que la grada es la que le da la chispa al partido. Quieras que no, la adrenalina sube cuando no pitas una falta y te protestan. Cuando celebran un gol igual, pero también gusta que protesten de vez en cuando, pero como dice mi hermana, dentro de unos límites. Pero como todo en la vida, hay de todo.
Elena Hidalgo
Y eso ¿cómo os hace arbitrar? ¿Os hace sentir más relajadas, nerviosas? ¿Cómo se siente una al arbitrar sin el sonido ambiente?
C: La verdad es que me da igual. Cuando hay público, yo me hago la coraza de mi misma y pito lo que veo, pito lo que sé. No porque haya público me va a influenciar que vaya a pitar de una manera o de otra. O que, cuando no haya, vaya a pitar más relajada o menos tensa. Voy a pitar siempre igual.
E: Lo mismo, a mí me da igual que haya público o no. Siempre al principio del partido estás nerviosa, pero cuando doy el pitido inicial, la verdad es que se me pasan todos los nervios siempre.
Me quedo contigo Elena, porque en una entrevista decías que, aunque no haya público, no escuchas la grada. ¿Cómo se hace eso?
Desde que entro al campo estoy súper concentrada en el juego y, la verdad, cuando voy con asistentes siempre me gusta estar hablando constantemente para estar muy concentrados los tres y estar siempre atenta a todas las jugadas. Aparto ese sonido y no me doy ni cuenta. Evado el público bastante.
C: Yo la verdad igual. Por ejemplo, la grada te puede protestar o no. Pero los que están ahí sentados en la grada van con un equipo, van hacia el azul o hacia el rojo. El equipo arbitral nunca tiene espectadores en la grada, por así decirlo, a no ser que tengas informe y vaya alguien de la Federación, vaya tu familia… Al fin y al cabo, hay jugadas que eres la mejor árbitra del mundo y hay otras que eres la peor. Porque ellos van a su equipo.
Ahora que dices esto de ser la mejor y la peor. Con 15 años, Cristina, en un partido alevín, dos equipos se jugaban un ascenso y te acabaron persiguiendo. ¿Cómo se sale de esa situación tan tensa y cómo, con 15 años, tienes la energía y las ganas de seguir arbitrando sin que te afecte?
Fue una situación bochornosa, estamos hablando de niños. Me incluyo yo, porque era una niña. Lo puedo hacer mejor o peor, pero cuando me quito la indumentaria de árbitra soy una persona. Igual que los que me persiguieron son personas, por llamarlos de alguna manera, ellos deberían haber pensado que el día de mañana podría haber sido su hijo o hija. Ese día abandoné el campo, me metí en el vestuario y salí con la Guardia Civil. Cerré el libro y empecé otro. No porque me persiguieran me iban a quitar las ganas de arbitrar. No es agradable para nadie, pero no le di mayor importancia. Yo hice mi trabajo bien y si a ellos no les gustó, no era mi problema.
Nunca os queréis equivocar, pero en algún momento que os hayáis dado cuenta de un error, ¿cómo pasáis página?
C: Soy una persona muy crítica y me gusta que me digan si he fallado. Yo soy la primera que lo va a reconocer, pero sino me he dado cuenta de mi error, me gusta que me lo digan. No me lo tomo como una ofensa, me gusta mejorar día tras día y, si me equivoco, pues lo acepto. El partido dura 90 minutos más el descuento, se acaba un partido y se empieza otro. Obviamente no vas a querer pitar mal, pero somos personas. Se equivoca el VAR pudiendo ver la jugada tres mil millones de veces, me voy a equivocar yo.
E: Estoy de acuerdo con ella. Además, cuando vamos una o la otra a vernos pitar mutuamente ella me dice lo que pudo mejorar o yo se lo digo a ella y lo aceptamos.
C: Si hay una jugada en la primera parte que sé que la he cagado, vamos, si voy con mi trío arbitral, por el pinganillo me dicen “no pasa nada, ha pasado la jugada, no hay que darle más vueltas”. Yo con Elena he estado en partidos, a lo mejor no he pitado una falta y me ha dicho que la debería haber pitado, pero ya está, siguiente jugada. No removemos la misma jugada. Eso sí, es verdad que cuando acaba el partido y hay alguna jugada dudosa me la voy a mirar, porque quiero saber por qué lo he hecho mal, pero durante el partido no te puedes comer la cabeza con la misma jugada.
Cerrando la carpeta negativa. Sí que decís que la grada no la escucháis, pero algún insulto grave por ser árbitra y mujer os habréis llevado.
E: Claro y cualquier jugada en la que está el balón parado, te acercas a la banda y justamente está allí la grada, pues si te lo dicen en tu cara te enteras de lo que dicen. Pero bueno, son personas, por llamarlo de alguna manera, que no engloban lo que es el fútbol. Yo creo que se aburren mucho y van a eso a los campos.
Poniendo el foco en lo positivo, ¿qué es lo más bonito de arbitrar?
C: A mí, sinceramente, lo que más me gusta son las vivencias que te llevas con los compañeros. Cuando tenemos que hacer un viaje a Granada, Málaga, Huelva, tenemos el pre partido en el coche, con la música, hablando del partido, al final es lo que te llevas. Y luego el post partido, cuando íbamos a Málaga pues parábamos en la playa, comíamos, merendábamos. Lo que te llevas son los recuerdos con los compañeros.
E: Todos nos quedaríamos con eso.
Y en ese mismo sentido, ¿cuál es vuestra mejor experiencia?
C: Yo me quedo con un Pre Benjamín aquí en Córdoba. Fue en el campo del Alcázar, un partido Alcázar-Séneca, dos clubes de buen nombre aquí en Córdoba. Era un partido disputado, estaban empatados a puntos, primero contra segundo y se jugaban la liga. El campo estaba lleno, los padres se dedicaron a animar a los niños, el cuerpo técnico se dedicó a guiar a los niños y a corregirlos y los nenes se dedicaron a jugar al fútbol. De los partidos que más bien me lo he pasado. El partido fue chulísimo, fue todo sobre ruedas.
E: La verdad es que, ahora mismo pensándolo, no podría quedarme con un momento. De todos los partidos tengo algún buen recuerdo. De alguno sí que te llevas algún mal recuerdo, pero sinceramente, obvio los malos recuerdos y de todos me quedo con algo.
Al principio habéis comentado vuestra pasión por el fútbol. ¿Cuándo se arbitra, se puede disfrutar del partido que estás viendo? ¿Se ve el fútbol que se juega?
C: Ves el fútbol de otra manera, lo disfrutas desde otra perspectiva. Al fin y al cabo no eres un espectador que viene a ver el partido, tú vienes a arbitrar y a hacer tu trabajo. No disfrutas del partido en ese sentido, tú vas al campo a trabajar, no a pasártelo “bien”.
E: Por mi parte, es una perspectiva totalmente diferente. Tengo un recuerdo del partido de Reto Iberdrola de Granada, que mis dos compañeros y yo dijimos que “no veas como juegan las niñas”; jugaban mejor que muchos equipos Senior de chicos grandes. Por ejemplo, en algunos Senior no hay nada de fútbol y solo se hacen faltas continuamente. En unos sentidos sí que disfrutas del fútbol y en otros no.
Centrándonos en el arbitraje actual. ¿Vosotras cambiaríais alguna cosa del arbitraje actual?
C: Yo cambiaría alguna perspectiva de jugada, que fuese más claro, que no hubiese margen de polémica. Esto es esto y punto, no hay nada que sea confuso, a lo mejor sí, pero a lo mejor no. Que sea claro.
E: Ahora la nueva norma dice que, a partir del medio del brazo hacia arriba, no es mano, pero hacia abajo sí. Y tú, en una jugada rápida en el área, no ves realmente dónde da el balón.
La segunda parte de la pregunta es sobre el VAR. ¿Es una mala herramienta? ¿Está mal utilizada? ¿Funciona bien?
E: Es complicado. Creo que sería una buena herramienta si se tuviese siempre el mismo criterio, pero hay veces, en los partidos que vemos en la tele, que ves alguna mano, piensas que va a pitar penalti y no lo pita o al revés. Es algo que está ahí en el aire y yo cambiaría eso. Si le da en la mano es mano y punto y, si no le da, pues no. Algo más radical, porque da margen al error de que cada uno lo pueda interpretar de una forma, dependiendo de cómo venga el balón, si ha rozado el cuerpo de un adversario… muchas cosas.
C: Pienso igual. Es una herramienta que, ahora mismo, tiene que evolucionar un poquito más para que no haya margen de duda. Que sea claro y que no haya vuelta atrás.
E: Pero toda herramienta es positiva, ya que le da la posibilidad al árbitro de cambiar su decisión si no lo ha visto. Ya te digo, en una jugada rápida en el área es muy complicado. Si es una ayuda para el árbitro, sí que es una herramienta positiva.
Cristina Hidalgo
La Primera Iberdrola, en principio, será profesional el año que viene. ¿Implementar el VAR es necesario para una liga profesional?
C: Pienso que sí, tenemos que tener las mismas oportunidades. ¿Por qué en Primera División masculina sí va a haber margen de error del árbitro y tiene la posibilidad de ver esa jugada otra vez, en la Primera División femenina no? Pese a que el fútbol sea de manera distinta, porque es otro ritmo de juego, otras jugadas, otro físico, ¿por qué no?
E: Al final somos personas todas y nos equivocamos.
Hablando de mismas oportunidades. Hay algunas quejas en redes sociales que dicen que es un error que en Primera Iberdrola todas las árbitras sean mujeres y que, el nivel, dista un poco de lo ideal. ¿Cómo lo veis?
E: Las chicas que están arbitrando en Primera División se merecen estar ahí. Primero, por todo lo que trabajan diariamente. Segundo, porque pasan sus pruebas, sus exámenes, tienen mil test todas las semanas, o sea que merecido se lo tienen. Que haya chicos o no, no lo sé, las chicas que están ahí se lo han currado y se lo merecen.
C: Pienso igual. Aquí tenemos una compañera que está en Primera Iberdrola y, cuando vamos de cuartas árbitras, vemos el trabajo. Están pensando en tener que hacer el test para tal día, o hacer la autocrítica del partido… lo mismo que los hombres se lo trabajan para su categoría, ellas también se lo preparan para la suya. Tiene todo su trabajo detrás, que es lo que no se ve luego.
Encarando la parte final. Habéis hecho un poco de todo. ¿Qué os gusta más, árbitra principal, línea o cuarta árbitra?
E: A mí me gusta ser árbitra más que asistente.
C: Yo igual, me quedo con ser árbitra. Eso sí, es verdad que tenemos que ir pasando por todos los roles y tenemos que ir de asistentes y de cuartas. Vamos con los compañeros y compañeras a ayudar. Vamos rotando por todas las posiciones.
En este ámbito de árbitros principales, ¿quiénes serían vuestros referentes?
C: En masculino yo me quedo con Munuera Montero, que está colegiado en el colegio de Córdoba y es de otra liga verle arbitrar. A nivel femenino me quedo con Zulema González de Galicia, que está en Primera Iberdrola y juega también en otra liga pitando.
E: Aquí, a nivel cordobés, también tenemos a María José Villegas, que tiene un gran potencial. Y cuando salí de cuarta árbitra con María Romero también me gustó mucho su criterio a la hora de arbitrar. A nivel masculino eso, Munuera Montero.
Hablando de potencial. ¿Cuál sería vuestro sueño? ¿Arbitrar juntas? ¿Algún partido o competición especial?
E: El sueño es cualquier partido con mi hermana, porque de por sí es muy complicado que manden a dos chicas. Si encima es con mi hermana, pues ya ves.
C: Reconozco que me quedo con ser árbitra principal, pero si mi hermana pita el partido, agacho la oreja y me voy de asistente con los ojos cerrados.
Eso quería preguntar para terminar. No quiero ser puñetero, pero en un escenario ideal ¿quién sería árbitra principal y quién asistente? ¿Habría alguna tensión?
C: Por mi parte no. Si ella se merece, por sus méritos, ser la árbitra principal, olé ella. No me voy a enfadar por eso.
E: Yo igual. Si se lo merece, a mí no me importa ser asistente. Es verdad que me gusta ser árbitra, pero si soy su asistente me conformo.