El éxito de las entrenadoras de la Primera Iberdrola

Empezando de arriba hacia abajo en la clasificación, el primer equipo en la lista es el Levante de María Pry. En una temporada en la que el tercer puesto de la Primera Iberdrola valía un billete para la Champions, el conjunto granota ha cuajado una temporada sensacional, ha sabido reponerse a varias lesiones de gravedad en algunas de sus jugadoras clave y ha certificado su plaza en la máxima competición europea de clubes por primera vez desde la temporada 2008-2009. Con futbolistas como María Méndez, Claudia Zornoza o Esther González – con 29 goles – el Levante ha vuelto a ser un equipo muy poderoso que no sólo ha acabado tercero en la Primera Iberdrola, sino que también ha logrado ser subcampeón tanto de la Supercopa de España como de la Copa de la Reina.

De las cuatro entrenadoras mencionadas, tres debutaron en Primera Iberdrola este año. Una de ellas era Natalia Arroyo. Con experiencia en la selección catalana, Arroyo era conocida en el mundo del fútbol femenino por ser la analista de los partidos emitidos en GOL y existían dudas sobre su rendimiento al tomar las riendas de un equipo con tanta calidad como la Real Sociedad. Y viendo los resultados dentro del campo, la entrenadora ha cumplido con creces. El equipo guipuzcoano ha acabado quinto, igualando la mejor clasificación histórica del club que se consiguió con Igor San Miguel el curso 2015/2016.

Además, gracias a la consagración de Nerea Eizagirre y la revelación del año Amaiur Sarriegi, cada una con 13 goles, la Real ha conseguido su temporada más goleadora y se ha quedado cerca de también batir el mejor promedio. El equipo de Natalia Arroyo ha marcado 1,94 goles por encuentro, quedando cerca de la Real de la temporada 2009/2010, que consiguió 1,96 tantos por partido. Todo ello practicando un fútbol vistoso gracias al talento de jugadoras como Lucía Rodríguez, Maitane López o Nahikari García, que han hecho de la Real Sociedad uno de los equipos a seguir cada fin de semana.

Cada año, antes de empezar la temporada, el Sporting de Huelva es uno de los equipos que está en las quinielas del descenso. Sea por plantilla, por entidad o ya por repetición, muchos dan por muerto al conjunto andaluz, pese a que siempre se acaban salvando. Sin embargo, este año parecía ser el definitivo. Cuando solamente se habían jugado tres partidos, el entrenador Antonio Toledo dejó el cargo debido a la Covid; el que quizá fuera el artífice de las permanencias se iba de un puesto tan importante para el club. Pero llegó Jenny Benítez.

Leyenda del club en el que jugó 11 temporadas, la nueva entrenadora tuvo un inicio difícil, cerrando la primera vuelta empatando con los puestos de descenso. Aun así, quedaba mucha Primera Iberdrola por delante y la técnica onubense convirtió a su Sporting de Huelva en uno de los mejores conjuntos de la liga. Con 30 puntos, su equipo cerró la segunda vuelta con la cuarta mejor puntuación, por encima de equipos como el Atlético de Madrid o la Real Sociedad y, además, acabó la temporada con 15 puntos de diferencia respecto al descenso.

Desde que la creación del equipo, el año 2002, las leonas habían disputado todas las ediciones de la Copa de la Reina y su peor clasificación en Liga era una quinta plaza. Pero en esta temporada, casi nada fue bien. Tras sufrir las bajas de dos futbolistas clave como Damaris Egurrola y Maite Oroz y pese a sumar 11 de los primeros 15 puntos, el Athletic de Ángel Villacampa acumuló nueve partidos consecutivos sin ganar – tres empates y seis derrotas –, con una última en el derbi vasco el Día de Reyes que acabó por sentenciar al técnico toledano. Esa mala racha dejó al equipo al borde de algo nunca visto que acabó sucediendo: el Athletic Club de Bilbao no se clasificó para la Copa de la Reina per primera vez en su historia y cerró la primera vuelta a un punto del descenso.

El relevo de Villacampa lo tomó Iraia Iturregi, segunda jugadora con más partidos jugado en el club y hasta el momento, entrenadora del filial. El camino no fue fácil, pero dando importancia a jugadoras del filial como Irene Oguiza, que acabó el año como segunda máxima goleadora pese a ser mediocentro, el equipo consiguió una racha de cuatro victorias consecutivas de abril a mayo y eso casi certificó su permanencia. Al final, una victoria y seis derrotas en los últimos siete partidos empeoraron un poco los números de un Athletic Club que, pese a tener una temporada mala, se pudo acabar de reponer a un inicio catastrófico.