Decía Johan Cruyff que el secreto para ser un buen entrenador es haber sido centrocampista. Solo en esa posición eres capaz de pensar y organizar el juego de todo el equipo. Iraia Iturregi (Bilbao, 1985) pasó por el centro del campo del Athletic de Bilbao antes de convertirse en una de las defensas históricas del club. Su ficha es, en sí misma, una recopilación de datos históricos: fue la primera jugadora en cumplir 100 partidos con el Athletic, que se seguirían sumando hasta cumplir la cifra récord de 400 (con 67 goles), disputó el primer partido de fútbol femenino de San Mamés, y, además de cuatro títulos de Liga, tres subcampeonatos y otros dos en Copa de la Reina, también consiguió nuestro primer Campeonato de Europa Sub-19. A toda esa carrera como jugadora se suma hoy el primer título de campeón de Reto Norte desde el banquillo del filial.
En el eterno debate de si hay que ser ex jugadora para entrenar, evidentemente, no hay que serlo, pero ayuda mucho. A la hora de
gestionar un vestuario, cuando has estado tantos años en el primer equipo, a mí
me resulta mucho más sencillo. Incluso con situaciones que suceden
constantemente en el campo, que has vivido en primera persona. En mi caso
también influye que haya sido una jugadora muy competitiva. Cada vez que salimos
un fin de semana a jugar, quiero ganar, y eso es fácil transmitírselo a las
jugadoras
No sabremos si el Athletic de Bilbao B se hubiera hecho también con el título de Campeón Absoluto de todo Reto Iberdrola, puesto que la Real Federación Española ha dejado desierto, que estaba previsto se disputara en una final entre los campeones de cada grupo. En el caso de las jugadoras del filial, sabían que ese primer puesto era anecdótico, que no les permitiría ascender a Primera Iberdrola, algo que no las ha desanimado a lo largo del curso.
Nuestro objetivo es, sin duda, ir ayudando a esas jugadoras que
queremos que en el futuro estén en el primer equipo, pero también creemos que
la competición y la competitividad les ayuda a conseguirlo. Siempre está esa
idea de que el resultado es lo de menos y lo que importa es que se formen, pero
en nuestro caso creemos que es fundamental competir bien en una categoría como
Reto para llegar al primer equipo. Primamos la formación por delante del
rendimiento, pero no podemos dejarlo de lado. En Lezama creemos que compitiendo
bien formamos mejor. Y creo que hemos conseguido ambos objetivos. La prueba son
las jugadoras que han ido debutando con el primer equipo, e incluso las que han
ido a entrenamientos con ellas a lo largo de la temporada y han dado el nivel.
Eso es que la cantera de Lezama funciona. Pero también ha sido una sorpresa
estar peleando por el título. Como equipo es un aliciente, una motivación extra.
Lezama, un proyecto distinto
Iraia Iturregi dirige desde el banquillo a un Athletic B que ensalza –no podía ser de otra manera- los valores de Lezama. Un proyecto distinto dentro de un grupo en el que la competitividad y la meta del ascenso priman en el resto de equipos. La formación es el pilar indiscutible del equipo. La filosofía de cantera del club, con la idea de contar solo con jugadores propios, se extiende al femenino. Su metodología de trabajo, compartida por los diferentes equipos de forma única, se centra en la progresión de las futbolistas. Pero en Lezama no solo se trabaja la formación futbolística: para los técnicos de la institución es igualmente importante trabajar la faceta personal, fomentando los valores y la especial idiosincrasia del Club.
Son valores que van intrínsecos. No tiene cabida para nosotros que una
jugadora tenga una falta de respeto en un entrenamiento, en un partido o contra
un rival. Para nosotros esos valores van incluso por delante del rendimiento.
Por ejemplo, también valoramos mucho que se centren en los estudios: este año,
incluso, alguna jugadora que ha faltado a clase no ha ido convocada ese fin de
semana. Son cosas que tenemos en cuenta por mucho que nos juguemos el título o
sea un partido importante. En el día a día se les intenta hacer ver que tienen
que estar comprometidas con todo lo que les rodea. Por suerte, tengo un grupo
excepcional y en ese sentido no hemos tenido ningún problema. Ellas tienen que
entender que los valores son indispensables para Lezama.
Repaso del curso
El Athletic B salió a competir este primer año de Reto Iberdrola con ese objetivo profesional y personal diferente al resto. Se encontraron una categoría llena de equipos fuertes, con fichajes de renombre y estructuras en las que el objetivo del ascenso era una imposición. Las jóvenes leonas, con una media de edad de 18,8 años ganaron 15 de los 22 partidos disputados hasta la cancelación de la competición (con otros 3 empates y cuatro derrotas).
El cambio de Primera Nacional a Reto Iberdrola es muy grande. El ritmo
o la intensidad son totalmente diferentes. Se lo decía a las jugadoras al
principio de temporada: en Primera Nacional hay partidos en los que podías
jugar más relajada, pero si este año no hubiéramos jugado con la intensidad que
exigía la categoría hubiéramos perdido partidos que han sido más fáciles este
año. De hecho, hemos visto a equipos de la zona baja ganar por goleada al
primero de la clasificación, resultados que eran inviables en Primera Nacional,
pero que aquí pueden pasar. Hay que estar enchufadas siempre, o entrenas y
compites con intensidad o no llegas a los resultados. Y lo hemos conseguido.
También hay una parte “negativa” en esa presión del primer puesto.
Muchas veces hemos planteado partidos en los que no se ha reflejado en el campo
lo que queríamos, y el motivo no es otro que las jugadoras estaban pensando en
amarrar un resultado que no les bajara de la primera plaza. No podemos dejar de
arriesgar, por ejemplo, en una salida de balón, por miedo a fallar y encajar un
gol que nos tire del primer puesto. No debemos perder la perspectiva: ir
primeras es genial, pero esa presión y competitividad, que viene bien al
equipo, no puede privarnos de hacer cosas que trabajamos cada semana para
mejorar individualmente.
ADN competitivo
Tras caer en la jornada siete al séptimo puesto de la clasificación, encadenaron una racha de triunfos que las aupó a las primeras posiciones, donde se afianzaron por delante de rivales como Eibar, Osasuna o Alavés. El dominio del grupo vasco dentro de Reto Norte deja constancia de una fuerte base de fútbol femenino.
Hay varios componentes en ese éxito. Por un lado, la Primera Nacional
de esta zona siempre ha tenido fama de tener buenos equipos y buen nivel, igual
que en Cataluña. Desde la base se trabaja muy bien, no solo en Lezama, los
clubes convenidos también hacen un buen trabajo en ese aspecto. Pero creo que
también hay un componente de ADN: los equipos del norte, los navarros, los
vascos… siempre han sido de competir bien. En el fútbol esto es muy importante.
En las ligas que hemos ganado con el primer equipo nunca hemos tenido la mejor
plantilla, pero hemos ganado cinco ligas. Tenemos ese gen competitivo, y el
partido lo gana el que mejor compite. Por suerte, además, en este equipo se han
juntado dos cosas: jugadoras de mucha calidad y esa fuerza a la hora de
competir, con mucha casta, y cuando les hemos apretado han respondido bien.
Los filiales, por lógica, hacen mejor segunda vuelta que la primera.
Son chicas muy jóvenes y la adaptación de los primeros partidos es difícil.
Tuvimos un par de tropiezos, Osasuna, AEM… pero estaba convencida de que a
medida de que avanzara la temporada íbamos a ir hacia arriba, lo veía en los
entrenamientos, y eso nos daba tranquilidad. En la segunda vuelta tropezamos
frente al Seagull en uno de esos días en los que no sale nada como esperas,
pero llevábamos 18 puntos de 21 posibles. Creo que, de haber podido continuar
la competición, hubiéramos mantenido el nivel hasta el final.
El primer equipo como objetivo
Sin embargo, el objetivo del filial del Athletic de Bilbao no era otro que el de dotar al primer equipo de jugadoras en consonancia con el nivel de exigencia de la Primera Iberdrola y del propio club. Durante la pretemporada Nerea Nevado, Ane Azkona, Oihane Valdezate, Naroa Uriarte, Leyre Monente y Amaiur Sarriegi contaron en los esquemas de Ángel Villacampa. Según fueron pasando los meses, hemos visto a algunas de ellas tomar más protagonismo en el primer equipo, tanto es así que en el caso de Ane Azkona se ha hecho con un puesto en el once titular, desterrando el dorsal 23 al olvido y haciéndose con un merecido hueco en la plantilla, con el 16 a la espalda:
El paso por el filial para todas las jugadoras que venimos de fuera y,
además, jóvenes, es muy importante. Tenemos que adquirir diferentes conceptos
futbolísticos que requieren su tiempo y ese periodo de adaptación es fundamental.
En Lezama aprendes diferentes formas de juego, lo que quiere el equipo, lo que
hay que hacer en cada situación… Lo que he aprendido en los años en el filial
es a disfrutar del fútbol. Todos tenemos épocas un poco malas, desilusiones, y
aquí te das cuenta de que estás haciendo lo que más te gusta y que para seguir
creciendo hay que estar a gusto entrenando, disfrutar cada entrenamiento y cada
partido. Aquí aprendes que es un juego, pero también un trabajo. Y ese disfrute
hace que cada día estés más cómoda en el campo, que cada día aprendas más y más
rápido.
El futuro del proyecto del filial pasa por la renovación de estas jóvenes perlas, a fin de seguir formándolas. Es el caso de Oihane Valdezate, que ha firmado un compromiso con el club bilbaíno hasta 2023. La centrocampista de veinte años nos habla de la importancia de mirar al futuro en un club como el Athletic:
Uno de mis mayores retos era llegar al primer equipo, y saber que lo he
conseguido renovando hasta 2023 me hace mucha ilusión. Como he dicho muchas
veces, desde pequeña he sentido estos colores, y poder defenderlos me causa
mucha emoción. Pensando en futuro, lo que quiero es seguir mejorando y
disfrutando de lo que más me gusta en el Athletic, donde siempre he querido
estar, ayudando y aportando lo máximo posible al equipo. Mi ambición es ganar
títulos con esta camiseta.
La próxima temporada el Athletic B defenderá su título de campeón de Reto Norte. Lo hará, una vez más, en un entorno en el que los resultados deportivos de sus rivales caminan en una dirección opuesta a los que busca la institución. Iraia Iturregi empieza desde este momento la planificación de su segundo año en el banquillo del filial:
En nuestro caso depende, y mucho,
de cuántas jugadoras sigan el año que viene. No sabemos cuántas contarán en los
planes del primer equipo. Si al equipo de este año le quitas cinco o seis
jugadoras, se va a notar, pero subiremos a cinco o seis del C para completar la
plantilla. No sé si eso nos permitirá competir por los primeros puestos, pero
el trabajo y el bloque van a ir en la misma línea. Nosotros estamos más
limitados a la hora de confeccionar el grupo de la temporada que viene, no
podemos fichar jugadoras como hacen otros equipos que, incluso, se refuerzan
con jugadoras extranjeras, pero la base que tenemos es buena. Tal vez acusemos
la baja de la media de edad en cuanto a resultados –las jugadoras que
presumiblemente se incorporarán son del 2004- pero no me preocupa, tenemos claro cuál es el objetivo de este equipo.
Ser el mejor de una liga en la que el premio es el ascenso, no es fácil. Saber que la recompensa es el trabajo bien hecho, la educación, la apuesta por el futuro y la creencia en los valores del club, son premio suficiente para una generación de jugadoras que está llamada a dar el relevo a las de arriba, creciendo en la casa, mirando siempre al mañana. Sin la presión por los números, los resultados y las prisas por conseguirlos, se trabaja mejor. La suma del talento cosechado por el Athletic Club y la formación de técnicos de nivel, que conocen el fútbol desde dentro, como Iraia Iturregi, es una garantía de continuidad. También lo dijo Cruyff: La calidad sin los resultados no sería nada. Pero los resultados sin la calidad son muy aburridos.